Hoy, a las 7 menos cuarto de la mañana teníamos al bebé Lele con venga el cachondeo en la cuna, así que me la he bajado a jugar a la habitación de juguetes para que Anna pudiera dormir un rato más (mi filosofía es: mejor uno jorobado, que dos) y me he quedado cuidándola (bueno, básicamente cuidarla a esas horas consiste en tirarme en el suelo de la habitación, con un cojín debajo de mi cabeza y otro encima para que me tape la luz, mientras el bebé revolotea a mi alrededor).
A las 7 y media ya han bajado un par de las otras, de forma escalonada, y prácticamente las he amenazado de muerte para que se volvieran a dormir, pero a las 8 la cosa ya no se podía contener más y ya tenía a las 5 en danza (mis 4 niñas, más la prima de 6 años, que está pasando el finde en casa).
Así que, a las 8 de la mañana del domingo, empieza una nueva sesión de FINDE DE MANUALIDADES.
Esta vez os traemos una actividad que tiene un nombre algo genérico (pintura sorpresa) pero no por ello deja de ser original. Vamos a verlo.