Hoy no os traigo una reseña, sino una nueva partida para que podáis jugar a Buscaduendes con vuestros hijos.
Hace muy poco que habíamos jugado en casa y normalmente las partidas las espaciamos, más que nada porque a mí como director del juego me cansan bastante porque es estar hablando todo el rato, además de controlar que todo vaya bien. No obstante, la recompensa que recibo es enorma, ya que mis hijas disfrutan muchísimo pese a que a mí a veces me parece que las historias no me las he currado demasiado.
De hecho, mi hija segunda, Gometera, ha dicho que el Buscaduendes es su juego favorito (¡de entre los más de 100 que tenemos en casa!)
Así que hoy ha venido una amiga de Gometera en casa y he pensado en montarles una partidita, a lo que enseguida han dicho que sí muy contentas.
Pues bien, allá va: