Hoy traemos un simpático juego de cartas en el que tendremos que buscarles hogar a un montón de gatos, de una forma sencilla pero que a la vez nos dará dolores de cabeza: conseguir formar un camino entre un gato y su futuro dueño. ¿Quién conseguirá hogar para más gatos?
En el momento de realizar la reseña habremos jugado unas 9 patidas.
NOMBRE: No sin mi gato
MARCA: Asmodee
PRECIO APROXIMADO: 8-11 euros
INSTRUCCIONES EN CASTELLANO: Sí
EDAD: Más de 6 años
Nº DE JUGADORES: de 1 a 4 jugadores
JUEGO COOPERATIVO: No
RITMO DE JUEGO: Por turnos
DURACIÓN DE LA PARTIDA: 20 minutos
CARACTERÍSTICAS:
El juego viene en una caja «de lata» diminuta y monísima. En el interior tenemos las 43 cartas cuadradas de una calidad superior a las típicas cartas (son algo más gruesas), divididas en cartas de gato, en 2 cartas de dueño y en cartas de canalón. El diseño de los canalones es sencillo pero están bien, y el diseño de los gatos y de los dueños es genial.
En el momento de la reseña hemos jugado aproximadamente 8 partidas.
FUNCIONAMIENTO:
Preparación:
Separamos las 2 cartas de dueño, las de gato y las de canalón. Estos dos últimos tipo los barajamos por separado y colocamos formando dos pilas boca abajo.
Ahora elegimos si vamos a jugar con niños más pequeños o vamos a jugar al modo de mayores. En el primer caso, robamos 6 cartas de canalón y formamos una cuadrícula de 3×3, en el caso de jugar con mayores, la cuadrícula es de 4×4 (16 cartas en total), de tal manera que la cara con los tramos de canalón queda a la vista.
Ahora colocamos los dos humanos adyacentes a la loseta inferior izquierda y a la superior derecha, de tal manera que cada uno queda en un extremo de la cuadrícula, y colocamos a 2 gatos al azar en los otros dos extremos.
El objetivo del juego:
Es unir mediante canalones a un gato con un humano. En el momento en el que lo conseguimos, nos llevamos el gato. En cada carta de gato aparece indicado el número de puntos que otorga, por lo que al final de la partida el que más puntos haya conseguido habrá ganado.
La ronda:
En la ronda, podemos elegir hacer una de estas dos acciones:
- Rotar una carta de canalón en cualquier sentido hasta dejarla colocada como queramos.
- Añadir una nueva carta de canalón. Esta carta de canalón se añade a uno de los lados y desplaza todas las demás una posición, de tal manera que la carta que estaba en la esquina contraria se retira del juego porque «se sale» de la cuadrícula.
Estas acciones las realizaremos 2 veces seguidas, en el orden que queramos o incluso repitiendo una acción.
Si al realizar una de estas acciones se forma un camino entre un gato y un humano, nos quedamos ese gato.
Ahora movemos la carta de humano que acaba de rescatar el gato una posición en el sentido de las agujas del reloj y añadimos una nueva carta de gato, pero también desplazado una posición siguiendo las agujas del reloj.
Otras variantes:
El juego nos ofrece una variante cooperativa, en la que intentaremos conseguir gatos usando los mínimos turnos posibles y en función de cuántos turnos tardemos nos dará una puntuación, o una forma de juego por equipos, si jugamos 4 personas.
VALORACIÓN:
Estamos ante un juego sencillo, que se explica en un momento y de partidas cortas, de apenas 15 minutos.
El diseño nos ha gustado mucho, ya que aunque los canalones son simples, las ilustraciones de los gatos son muy divertidas. También la mecánica del juego es bastante original.
Se juega perfectamente de 2 a 4 jugadores, aunque a 1 jugador no lo hemos probado pero tiene pinta de que se puede jugar bien.
Para los niños más pequeños es más complejo de lo que parece, ya que lo de girar cartas es sencillo, pero a los de 6 años y menores les cuesta ver un poco lo de que al mover una carta esta empuja a otra que justo puede ser la que necesitamos, por eso lo recomiendo más de cara a los 7 años, aunque dependerá de niños, por supuesto.
El grado de interacción entre jugadores es relativamente alto, ya que lo que tú muevas o cambies afecta a los demás, pero de normal cada jugador suele ir a su marcha, sobre todo porque, en general, si realizas bien tus dos movimientos no es raro que te puedas llevar un gato. Otra cosa es que no puedas e intentes no dejarle los canalones ya medio colocados al siguiente jugador.
En el juego hay azar, puesto que no sabemos qué carta vamos a robar cuando queremos coger una y tampoco controlamos la colocación de los gatos (ni los puntos que estos dan) y los cuidadores, por lo que puede ser que un jugador tenga suerte y pueda hacer el camino con más facilidad.
Una pega que puede tener es el entreturno, ya que el jugador puede quedarse pensando para ver las diferentes posibilidades que tiene, lo que puede frenar el ritmo del juego.
En resumen el juego está bien y es una ventaja poderlo llevar encima sin que ocupe sitio, pero cuando estamos en casa sale muy poco a mesa.
Lo mejor:
- El diseño
- Es muy transportable.
Lo más flojo:
- El entreturno, que se puede alargar.
Lo recomendamos para:
Cualquiera que busque un juego sencillo y muy transportable, en especial a los amantes de los gatos.
CALIDAD/ DISEÑO: 7/10
COMPLEJIDAD (PARA EL NIÑO MÁS PEQUEÑO): 8/10
AZAR: 7/10
INTERACCIÓN ENTRE LOS JUGADORES: 6/10
HABILIDAD (MANUAL): 4/10
MEMORIA: 0/10
DIVERSIÓN: 6/10
PUNTUACIÓN TOTAL:
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