Hoy traemos Vía Mágica

Hoy reseñamos uno de los juegos que han llegado a casa esta Navidad, un juego en el que somos aspirantes a magos y en el examen final debemos de abrir una serie de portales mágicos usando una técnica llamada la cristalización, que captura unos seres llamados animus. Al abrir cada portal, conseguiremos algunos beneficios, además de que hay portales que nos reportarán muchos puntos. ¿Quién será el ganador y por tanto el nuevo mago?

NOMBRE: Vía Mágica

MARCA: Hurrican Games

PRECIO APROXIMADO: 14-18 euros

INSTRUCCIONES EN CASTELLANO:

EDAD: Más de 7 años

Nº DE JUGADORES: 2-6

JUEGO COOPERATIVO: No

RITMO DE JUEGO: Todos a la vez

DURACIÓN DE LA PARTIDA: 30 minutos

CARACTERÍSTICAS:

El juego viene en una caja bastante pequeña con una bonita ilustración de portada.

En su interior tenemos:

  • las 80 cartas de portales mágicos: hay 40 diferentes y son cartas más grandes de lo normal y de un diseño y colorido espectaculares.
  • las 10 cartas de recompensas, del mismo tamaño que las otras cartas.
  • las 23 fichas de animus, que son unas fichas redondas de cartón grueso, de muy buena calidad y con un diseño sencillo pero muy vistoso y colorido.
  • los pequeños cristales: son las pequeñas joyas que hemos visto en otros juegos (me imagino que hechas de algún tipo de resina), perfectas para jugar.
  • El saco de tela, de color morado con una cinta, sencillo pero elegante.

El conjunto es perfecto para jugar.

FUNCIONAMIENTO:

Preparación:

Se barajan las cartas de portales y se entregan 6 a cada jugador. Los jugadores descartarán 3 y colocarán los 3 elegidos frente a ellos, a la vista. Si es la primera partida, repartimos 3 directamente a cada cual, y en partidas posteriores, según aprendan a jugar, ya sabrán cuáles quedarse. En principio no es mejor quedarse los que más puntos dan, básicamente porque son más complicados de conseguir, sino que se trata de tener un equilibrio entre buenos por puntos y buenos porque dan ventajas, como luego veremos. Aquí tenemos dos ejemplos de cartas de portales:

Cada jugador recibe 7 joyas y una ficha resumen con la cantidad de fichas de animus.

Cogemos las fichas de animus y las metemos todas en el saco, que damos a un jugador cualquiera.

Formamos 2 filas con las 10 cartas de recompensas y por último volteamos 5 cartas de portales, que colocamos en el centro de la mesa a la vista de todos.

Los animus:

Los Ánimus son unas criaturas elementales que necesitamos capturar para abrir los portales y cuyas fichas tenemos metidas dentro del saco. Hay Ánimus de 6 tipos diferentes (aire, agua, fuego, naturaleza, tierra y oscuridad).

Además de que son de distinto tipo, tienen otra peculiaridad, y es que hay unos que son más comunes que otros. De los que más hay son de aire (6 fichas en el saco) y de agua (5 fichas en el saco), y los que menos hay son de oscuridad (1) y fuego (2).

Además, hay dos fichas que valen de comodín y por tanto equivalen al Ánimus que queramos.

Los portales:

Tenemos portales de 3 tipos diferentes, en función del efecto que tienen al abrirlos, y para abrir cada portal necesitamos capturar los Ánimus indicados sobre él.

Así, las cartas de portal se componen de la imagen central, que solo nos muestra la criatura que saldrá de ese portal abierto y los Ánimus que necesitamos cristalizar en la parte superior. A los laterales de la imagen tenemos un símbolo que indica el tipo de portal y abajo aparece la recompensa.

En la imagen, para abrir este portal y que entre en nuestro mundo esa criatura-planta, necesitamos cristalizar dos Ánimus de planta y dos de fuego.

Portales tenemos de tres tipos:

  • Los que solo darán unos puntos fijos al final de la partida (su símbolo es una corona), aunque dichos puntos son bastante elevados.
  • Los que nos dan una acción especial que durará el resto de la partida (tienen el símbolo de infinito).

El efecto típico es que a partir de ese momento cuando salga un Ánimus de cierto tipo, podemos en lugar de este capturar cualquier otro.

  • Los que producen un efecto inmediato una sola vez (tienen el símbolo del rayo).

Los efectos especiales instantáneos pueden colocar cristales en algún Ánimus concreto, o cambiar dos cristales de sitio, aunque el que más nos gusta es el que nos permite conseguir 1 o 2 cristales más de forma permanente para ir usando en la partida.

  • Los que darán puntos al final de la partida, pero la cantidad de puntos irá variando según avance el juego (el símbolo es el reloj de arena).

Los puntos nos lo darán en función de la cantidad de portales de cierto tipo que hayamos conseguido, o la cantidad de Ánimus de cierto tipo que tengamos en los portales, por ejemplo.

En la imagen anterior, vemos que la carta de la izquierda nos dará 5 puntos y además podemos colocar dos cristales en dos Ánimus de roca. Por el contrario, en el portal de la derecha conseguiremos al final de la partida 1 punto por cada Ánimus de agua que tengamos en nuestros portales abiertos.

La ronda:

Como se describe en las instrucciones del juego, en realidad este juego es como un bingo. A mí no me acaba de gustar la comparación, porque puede parecer algo despectiva, aunque en realidad estamos ante un bingo, pero muy vitaminado y con muchas más opciones.

En el juego el jugador que tiene el saco saca una ficha de Ánimus y la enseña. Todos los jugadores cogen una joya y la colocan sobre uno de los Ánimus de uno de sus portales, si tienen ese tipo de Ánimus todavía sin ninguna joya. A esto se le llama «cristalizar el Ánimus», es como si lo hubiéramos encerrado en la joya.

Si hemos colocado ya las 7 joyas y queremos cristalizar el Ánimus que acaba de salir, podemos quitar una joya de otro Ánimus (lo dejaríamos libre) y colocamos esta joya en el que acaba de salir.

En la imagen de abajo vemos que se acaba de sacar de la bolsa un Ánimus de agua.

Aquí tenemos ya 3 Ánimus cristalizados de este portal, nos quedan dos más para que el portal se abra.

En cuanto alguien completa uno de sus portales grita «¡Incantatum!», retira todas las joyas del portal, que vuelven a su reserva, y aplica el efecto del portal, si lo tiene, y lo pone a un lado, para luego coger otro de los portales que hay en medio de la mesa.

El mismo jugador sigue sacando todo el rato fichas de Ánimus de la bolsa, hasta que sale un comodín. Ahora se devuelven todas las fichas sacadas de nuevo a la bolsa, que se pasa a otro jugador.

Las cartas de bonificación:

Durante la partida, en el momento en que tengamos los requisitos para tener una carta de bonificación, la podemos coger.

Podemos coger cartas de bonificación cuando tenemos 3 portales de igual tipo (hay una carta de bonificación para cada tipo de portal), o 4 portales diferentes.

Además, podemos coger carta de bonificación por tener 2, 3, 4, 5 o 6 portales. Eso sí, si cogemos la carta de tener, por ejemplo, 3 portales, luego no podemos coger la de tener 4.

Final de la partida:

La partida se acaba cuando un jugador abre su séptimo portal. Ahora todos los jugadores cuentan los puntos de sus portales y sus cartas de bonificación y el que más tenga gana.

VALORACIÓN:

Este juego nos entró por los ojos en cuanto lo vimos, buscando un juego para nuestra niña de 6 años y medio. Estuvimos mirando mucho, ya que tenemos tantos juegos que intentamos tener de mecánicas distintas.

Pues la cuestión es que acertamos, ya que estamos ante un juego muy bonito, con una mecánica sencilla pero que además tiene muchas opciones interesantes y que requiere de estrategia, ya que los portales que abramos nos pueden dar ventajas interesantes para el resto de la partida.

El juego tiene una parte de azar, puesto que no controlamos la ficha de Ánimus que sacamos del saco, y tampoco controlamos los portales que elegimos, aunque el hecho de que sepamos cuántos Ánimus hay de cada tipo ayuda, además de que podemos elegir entre varios portales, por lo que el azar es relativamente poco importante.

Además, nos ha gustado mucho el hecho de que juguemos todos a la vez, aunque hay que ir con cuidado con nuestros niños, ya que a veces los cristales en los portales se pueden desplazar por «error» al Ánimus de al lado.

Con respecto al número de jugadores, funciona perfectamente a cualquier número y se agradece mucho el hecho de que podamos jugar de 2 a 6 jugadores.

El grado de interacción entre jugadores es inexistente, cada uno va a la suya, quitando de a la hora de elegir las cartas de recompensa.

Con respecto a la duración, el juego suele estar en unos 20 minutos y funciona perfectamente a partir de 6 años.

La temática me gustó

Lo mejor:

  • La mecánica de todos al mismo tiempo lo hace ágil.
  • El arte es una pasada.

Lo más flojo:

  • No se me ocurre nada, la verdad

Lo recomendamos para:

Cualquiera que quiera un juego de cartas con poca interacción entre jugadores en el que juguemos todos a la vez.

CALIDAD/ DISEÑO: 8/10

COMPLEJIDAD (PARA EL NIÑO MÁS PEQUEÑO): 5/10

AZAR: 4/10

INTERACCIÓN ENTRE LOS JUGADORES: 2/10

HABILIDAD (MANUAL): 2/10

MEMORIA: 0/10

DIVERSIÓN: 7/10

PUNTUACIÓN TOTAL:

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