Los animales más tranquilos y pacíficos del bosque se han buscado un rinconcito en el que fundar una ciudad, a salvo de depredadores, pero no sobran los recursos, por lo que en este precioso juego deberemos levantar una ciudad de la nada, gestionando muy bien los materiales.

¿Quién tendrá la ciudad más chula?

NOMBRE: Tiny Towns

MARCA: Arraquis Games

PRECIO APROXIMADO:  35-40 €

INSTRUCCIONES EN CASTELLANO:

EDAD: más de 14 años (¡mirad nuestra recomendación de edad al final!)

Nº DE JUGADORES: 1-6

JUEGO COOPERATIVO: No

RITMO DE JUEGO: Por turnos y todos a la vez

DURACIÓN DE LA PARTIDA: 45 minutos (depende del número de jugadores)

CARACTERÍSTICAS:

El juego viene en una caja grande y llenísima hasta los topes de material, con una ilustración que es una pasada.

En el interior encontramos las piezas de madera (el martillo, los cubos de recursos y los edificios), coloridas y que son una monada.

También tenemos una libreta muy chula para anotar las puntuaciones finales, con muchas páginas.

Luego tenemos los tableros cuadriculados de cartón, que son normalitos en cuanto a diseño, y las cartas, con unas ilustraciones preciosas y de un tamaño generosísimo.

El conjunto entra por la vista desde el minuto 0.

FUNCIONAMIENTO:

Preparación:

Se separan las cartas de edificios por tipo y se elije una carta de cada y se coloca en el centro, quitando de los monumentos, que se entrega uno a cada jugador. De esta manera cada partida es diferente, ya que, aunque siempre se juega con 7 tipos de edificios y la cabaña, que es un edificio fijo, dentro de cada tipo de edificio cada uno de ellos tiene características diferentes, por lo que nunca jugaremos dos partidas iguales.

En esta imagen vemos las cartas que han tocado para esta partida. 

Se colocan los recursos en el centro de la mesa y se le da la ficha de martillo al jugador inicial.

El objetivo del juego es:

Conseguir los máximos puntos posibles en nuestro poblado, lo que implica construir la mayor cantidad de edificios posible (y también de calidad), dejando los mínimos espacios vacíos al final de la partida.

Los recursos:

Para construir nuestros edificios existen 5 tipos de recursos diferentes: piedra, madera, trigo, ladrillo y cristal. Cada vez que consigamos un recurso lo colocaremos en una casilla libre de la cuadrícula y NO se podrá mover nunca.

Conseguir materias primas:

Existen varias modalidades de juego para conseguir materias primas:

  • Modalidad sencilla:

En el turno de cada jugador, este dice qué materia prima quiere y todos cogen dicha materia prima, para colocarla inmediatamente en una casilla de la cuadrícula. Así, en una partida de dos jugadores, cada dos turnos tendrás la que tú quieres, pero si la partida es de 4 jugadores, lo tendrás cada 4 turnos.

  • Modo alcalde:

En este caso se usan las cartas que muestran un recurso, se barajan y se retiran cinco. Un jugador será el alcalde durante la partida y su función será voltear una carta del mazo en el primer turno.

El recurso mostrado será el que todos los jugadores cojan.

En el segundo turno se hará lo mismo (una nueva carta y coger ese recurso), pero en el tercer turno cada jugador elegirá qué recurso quiere.

Al cuarto turno comenzaremos de nuevo con este sistema, de tal manera que siempre tendremos dos turnos seguidos de coger el recurso de la carta y un tercer turno de coger lo que queramos.

El mazo de recursos se agotará pronto, porque hay pocas cartas, por lo que el alcalde añadirá las cartas retiradas, lo barajará y volverá a quitar 5 antes de voltear la primera.

En este segundo sistema en principio hay más azar, aunque se compensa cada 3 rondas cuando cada cual coge lo que necesita. Para partidas de 2 jugadores hará que el nivel de dificultad aumente, pero a 4-6 jugadores quizá lo disminuya, porque tendrás el recurso que quieras 1 vez cada 3 rondas en lugar de 1 cada 6, como sería el caso si usáramos el anterior sistema.

En principio ningún sistema es mejor que otro, nosotros hemos probado los dos y no nos hemos decantado por ninguno, aunque a pocos jugadores solemos jugar a la forma normal del juego.

De hecho  a dos jugadores nos gusta más jugar al modo normal porque te permite planificar mejor que usando las cartas.

  • Variante caverna:

En las instrucciones del juego también tenemos una variante más, que se puede jugar a la vez que una de las anteriores: Caverna.

En este caso podemos, a lo largo de la partida, desechar dos materias primas y no colocarlas en nuestro tablero.

Hay que tener en cuenta que jugamos todos al mismo tiempo, no hay turnos, quitando de si usamos la variante normal, en la que hay que esperar a que el jugador activo elija una materia para luego coger todos la misma. Si un trabajador se demora en colocar una materia obviamente todos deberemos de esperarle.

Construir:

Cada edificio tiene dibujado qué materiales son necesarios para construir, pero también en qué forma debemos colocarlos en el tablero.

En este caso ya tenemos todo lo necesario y en el orden adecuado, ya podemos quitar las materias primas y colocar en su lugar el edificio en una de las casillas.

Si hemos colocado los recursos como toca en el tablero, al final de cada turno podemos construir el edificio. Para eso retiramos todos los recursos que necesita ese edificio y colocamos una figurita del edificio en uno de los huecos donde estaba uno de esos recursos gastados. Por tanto, es fundamental colocar los recursos en el sitio adecuado, porque si un recurso lo colocamos mal y por tanto no nos vale para construir, se quedará ahí, ocupando un sitio, toda la partida.

Así, poco a poco iremos llenando nuestro tablero.

Los edificios:

Cada edificio da una serie de puntos de victoria, pero en ocasiones hay que cumplir ciertos requisitos para conseguirlos, por lo que tendremos que leer bien la carta para que nos quede claro. Como hemos comentado tenemos edificios de 8 tipos distintos y dentro de cada tipo tenemos 4 diferentes, quitando de cabaña, que solo hay una, y de los monumentos, que hay muchos

Vamos a ver los edificios:

  • La cabaña, que sale en todas las partidas. Es fácil de construir y da bastantes puntos sin necesidad de cumplir con requisitos complicados, por lo que es uno que usaremos en repetidas ocasiones. El problema que tiene es que para darnos puntos las cabañas deben de disponer de alimentos, por lo que necesitaremos un edificio de los que proporcionan alimentos (lo edificios rojos).

  • Edificios rojos: pueden ser un huerto, un granero, invernadero o granja. Su forma siempre es cuadrada, aunque cambian los materiales para construirlos. Estos edificios NO dan puntos, pero sin ellos nuestras granjas no valdrán para nada. Dependiendo del edificio que salga en la partida de este tipo se podrá alimentar a un número X máximo de granjas o estas tendrán que estar colocadas de cierta manera, según nos indique la carta.
  • Edificios verdes: su forma siempre es alargada y ocupa 3 casillas, por lo que no son complicados de construir. La puntuación que dan es variable en función de lo que tengamos alrededor de ese edificio o del número de edificios como ese que tengamos construidos. Para lo que cuestan de construir dan bastantes puntos.

En la imagen de arriba, la granja puede alimentar a cuatro cabañas, da igual donde estén colocadas, y la taberna puntúa en función de las que tengamos construidas.

  • Edificios amarillos: su forma es algo más complicada (ocupa 4 casillas) y, al igual que en el caso anterior, para que dé puntos tendremos que cumplir unas características.
  • Edificios grises: son los más simples porque solo ocupan dos casillas. En general para dar puntos deben estar junto a ciertos edificios.

  • Edificios naranjas o religiosos: tienen forma de L. Hay algunos que están bien, pero otros dan muy pocos puntos y solemos contruirlos poco debido a que ocupan bastante espacio.
  • Edificios negros: son los que más casillas necesitan para construir y en en general afectan a la forma de conseguir recursos durante la partida. A veces nos ayudan, pero otras nos perjudican. Por el tamaño que tienen cuesta contruirlos, pero hay algunos con propiedades muy interesantes.
  • Monumentos o edificios morados: a diferencia de los anteriores, solo se puede construir uno en el tablero y cada jugador tiene una carta diferente, por lo que los efectos de los monumentos de cada jugador serán distintos. También cambia la forma de cada uno, los hay más o menos sencillos o complicadísimos de construir. Hay algunos que son muy buenos y otros son más mediocres.

Normalmente se tiende a hacer muchas cabañas (la relación dificultad-puntos es muy buena) y edificios grises (sobre todo más al final de la partida porque son pequeños y fáciles de colocar en los huecos que quedan), por eso es interesante que no siempre elijamos nosotros los recursos. Así, al obtener un recurso que no está en los edificios que más nos gustan quizá eso haga que construyamos otros edificios, aunque den menos puntos, si contienen dichas materias primas.

Fin de juego y puntuación:

No acaban todos los jugadores al mismo tiempo, sino que van acabando según se quedan sin casillas para rellenar. El resto de jugadores continúa la partida y una vez todos hayan llenado sus tableros se quitan las materias que quedan y se puntúa, no solo por edificios, sino también por espacio vacíos, que restan 1 punto.

Este tablero parece muy lleno pero en cuanto retiremos los recursos nos quedarán 5 huecos.

VALORACIÓN:

Se trata de un juego muy original y es a la vez sencillo y complicado y que a nosotros nos ha encantado. Sencillo porque las reglas son simples, pero complicado porque hay que fijarse muy bien en lo que se hace, ya que las decisiones que tomemos mal no se podrán rectificar.

En este juego no hay interacción entre jugadores, quitando de cuando jugamos al modo original y es cada jugador el que elije que materias cogen todos. En este caso, además de elegir la materia que tú prefieres, siempre puedes elegir una que veas que va a perjudicar a los contrincantes, sobre todo al final del juego cuando los espacios vacíos son escasos.

En el juego hay una parte de azar considerable, ya que no elegimos en muchos casos los materiales de construcción, sobre todo al jugar al modo alcalde.

Por otro lado, el material (sobre todo las casitas) y las ilustraciones son una pasada.

Con este juego nuestros niños practican:

  • La visión espacial: que es fundamental en este juego. Como no te fijes bien ya la has liado.
  • La planificación: no se puede ir construyendo sin orden ni concierto, habrá que construir para ver de qué forma conseguimos los máximos puntos posibles y teniendo en cuenta que si empezamos construyendo edificios pequeños quizá si luego queremos poner alguno grande ya no tenemos sitio.

Los dos sistemas de juego que tenemos disponibles están bien, como comentábamos, nosotros no nos hemos decantado por ninguno, aunque solemos jugar más a menudo al modo del alcalde.

En cuanto al número de jugadores, nosotros hemos jugado a 2 y a 4 y funciona perfectamente, y al jugar todos a la vez se podrá jugar perfectamente de 2 a 6 personas.

Además, también tiene una variante muy interesante a 1 jugador.

En cuando a la edad recomendada es donde los amigos de Arrakis Games han errado, ya que en la caja pone 14 años pero un niño de a partir de 9 años puede jugar sin ningún tipo de problema, y por supuesto adultos.

En la caja poner 45 minutos de duración de la partida pero lo normal es que las partidas duren, como mucho, media hora, y bastante menos a 2 jugadores.

Lo mejor:

  • La calidad del material.
  • Es un juego muy original.
  • Permite jugar en solitario y hasta 6 jugadores.

Lo más flojo:

  • Podían haber añadido otros tableros con más cuadrícula para así hacer partidas más largas.

  Lo recomendamos para:

Cualquiera a la que les guste los juegos de construir.

CALIDAD/ DISEÑO: 9/10

COMPLEJIDAD (PARA EL NIÑO MÁS PEQUEÑO): 6/10

AZAR: 6/10

HABILIDAD (MANUAL): 0/10

MEMORIA: 0/10

DIVERSIÓN: 8/10

PUNTUACIÓN TOTAL: 8/10