La vida de una ardilla es muy dura. Se pasan el día buscando y guardando comida para la llegada del invierno, a la vez que deben de tener mucho cuidado con los peligrosos animales que campan por el bosque.
Ha llegado la hora de recuperar los frutos secos que hemos ido guardando, y quizá robar alguno que no es nuestro pero que nos vendrá muy bien. ¿Quién conseguirá los mejores frutos?
NOMBRE: Ardillas del bosque
MARCA: Átomo Games
PRECIO APROXIMADO: 15-18 €
INSTRUCCIONES EN CASTELLANO:Sí
EDAD: más de 6 años
Nº DE JUGADORES: de 2 a 5
JUEGO COOPERATIVO: No
RITMO DE JUEGO: Por turnos
DURACIÓN DE LA PARTIDA: 15 minutos
CARACTERÍSTICAS:
El juego viene en una caja bastante pequeña. En su interior encontramos los tres tableros de 2 caras, de formas curiosas, las 35 fichas circulares de hojas divididas en 5 tipos y las 5 fichas de animales.
El conjunto es perfecto para jugar, de cartón de buena calidad, y cabe destacar la forma peculiar que adopta el tablero al montarlo, además de que las ilustraciones son coloridas y bonitas.
FUNCIONAMIENTO:
Primero se montan los tableros en función del número de jugadores y se elije si se va a jugar en otoño o en invierno, ya que los tableros tienen dos caras dependiendo de la estación.
Cada jugador coge todas las fichas de hoja que le corresponden en función del tablero que tiene delante de él.
Todos los jugadores tienen 7 fichas. En una de las caras aparece el dibujo de la hoja de árbol que les representa, y por el otro hay 5 dibujos de frutos secos diferentes (nueces, almendras, avellanas…) y las otras dos son una ficha vacía y una caca.
Cada tablero tiene marcadas dos zonas con un círculo, que corresponden a los escondites de las ardillas.
El objetivo del juego es ser el jugador con más frutos secos de un tipo cuando acabe la partida. Para ello, el juego consta de dos fases:
- Fase de esconder las fichas:
Por turnos cada jugador elije en secreto una de sus fichas y la coloca boca abajo en una de las zonas marcadas, hasta que todos los jugadores hayan colocado todas sus piezas. Si ya hay una pieza en esa zona, el jugador coloca la suya encima, formando una pila.
En esta etapa es importante que cada jugador intente memorizar donde pone sus fichas y cuáles son.
Una vez todos los jugadores han colocado las fichas, comienza la segunda fase.
- Fase de recolección:
Por turnos, cada jugador coge la ficha superior del montón que quiera, y la pone a la vista de todos en su zona de juego.
Aquí la gracia está en que todos podemos ver el reverso de la ficha superior de cada montón y sabemos quién ha puesto esa ficha (ya que cada jugador usa un tipo de hoja de árbol). Si es tuya y recuerdas qué has puesto, sabrás si te interesa o mejor dejarla (por ejemplo si es la caca), por lo que la memoria es importante.
Una vez se hayan recolectado todas las fichas, se acabará la ronda y se contarán los frutos secos. El que más tenga de un tipo, ha ganado.
Como veis es muy sencillo: dejar fichas y luego cogerlas, pero hay reglas extra.
Fichas especiales:
- La caca: si consigues una caca, mala suerte. Al final de la partida esa caca te anulará una de las fichas de frutos secos que tengas, la que tú quieras.
- La casilla vacía: no hace bien ni mal…
- La ardilla: atraes la atención de un animal y se pone en juego su habilidad especial, como ahora veremos.
Animales:
Cada animal tiene una función especial. Cuando un jugador coge una ficha de ardilla, entra en juego un animal. Si se juega al modo «rey del bosque», antes de empezar la partida se ha elegido un animal de entre las fichas de animales y el efecto de ese animal es que aplica siempre que sale ardilla. Si no se juega en este modo, cada tablero tiene el dibujo de un animal, de tal manera que afectará el efecto de un animal u otro dependiendo de dónde robemos la ficha de ardilla.
Hay dos tipos de animales: los de día, que de normal ayudan al jugador que destapa la ardilla y los de noche, que de normal te fastidian a ti o a los demás jugadores.
A modo de ejemplo de animales de día, el oso hace que le des la vuelta a todo un montón de fichas (así queda a la vista la ficha superior) y luego eliges quedarte con la ficha superior de ese u otro montón, o el águila real, que te permite mirar en secreto la ficha superior de un montón y luego decidir si te la quedas o al dejas.
Por otro lado, los animales de noche quitan o molestan. Por ejemplo, la serpiente hace que le tengas que dar un fruto si no quieres quedar fuera de la partida, o el zorro te permite robarle un fruto a otro jugador.
Modos de juego:
Hay varios modos de juego:
- El de los «peques»: se quitan las fichas de ardilla y no juegan por tanto los animales. Para niños de 4-5 años.
- El de otoño: se juega como se ha explicado más arriba: con los tableros de otoño y los animales de día.
- El de invierno: ponemos el tablero en modo invierno. Cada jugador comienza quedándose uno de sus frutos en secreto antes de comenzar a poner los otros en los tableros. Juegan los animales de noche.
- El rey del bosque: ya lo hemos comentado: un solo animal es el que aplica el efecto; colocamos su ficha en el medio del tablero.
(Fijaos en la imagen anterior en los dibujos de animales que hay en cada tablero y la ficha de oso que hemos colocado en el centro para indicar que el efecto de la ardilla es siempre el del oso)
- Ardillas dormilonas: ideal para jugar a 2-3 jugadores. Se añaden más tableros y se colocan sin mirar en ellos las fichas de esa hoja sin mirarlas. Luego cada jugador coloca sus fichas de forma normal y se juega como siempre. La gracia de este modo es que cuentas con más fichas para coger.
La gracia del juego no es jugar una sola ronda, sino acordar cuántas rondas vamos a jugar y en qué modo. Por ejemplo se puede jugar a 4 rondas, 2 de día y 2 de noche.
Regla añadida nuestra: nosotros además en un papel llevamos la cuenta de frutos de cada jugador, de tal manera que de una ronda a otra suman. El que en X rondas tenga el mayor número de frutos iguales, gana.
VALORACIÓN:
Se trata de un juego sencillísimo de aprender y divertido (todos nos morimos de risa cuando sale una caca y nos burlamos del desafortunado), en el que nuestros niños practican:
- Memoria: importantísimo recordar dónde hemos puesto nuestras fichas, sobre todo la caca y la ardilla.
- Atención: fijarse bien en qué hacen los demás. Si un jugador nunca coge de un montón una ficha que es de su hoja, imagina lo peor… Además, aunque no puedes ver las fichas de los demás, si por ejemplo en una determinada hoja sale una caca, ya sabes que no hay más cacas en ese tipo de hoja.
- Estrategia: aunque no es fácil, puesto que no puedes ver las fichas de los demás, pero deberás intentar ir a por cierto tipo de fruto, obviamente del que más tengas. Además, el jugador debe pensar cómo poner sus fichas para saber cuál es cuál. Por ejemplo la caca puede ponerla en el tablero más alejado, y los frutos secos que más le gustan en el tablero más cerca (o al revés).
Las fichas de animales del bosque mejoran mucho el juego, tanto si quieres jugar en versión «tranqui» (de día, nadie fastidia a nadie) como si quieres jugar en la versión «fastidiar». A nosotros nos gusta jugar siempre al rey del bosque y no a que en cada tablero aplique el efecto de un animal.
También la opción de añadir más tableros y fichas para completar la partida a 2-3 jugadores está bien, y el sistema de juego de montar tableros nos ha encantado.
Obviamente hay bastante azar, pero con memoria y atención se puede reducir algo.
A 2 jugadores se juega bien, aunque a más jugadores el juego es más divertido. En cuanto a la edad, un niño de 4 años podría jugar a la versión sencilla y a la normal uno de 5. En cuanto a la edad máxima, en principio no tiene tope, aunque es cierto que la temática infantil y la simplicidad del juego quizá lo limiten para niños de más de 10 años.
CALIDAD/ DISEÑO: 7/10
COMPLEJIDAD (PARA EL NIÑO MÁS PEQUEÑO): 5/10
AZAR: 8/10
HABILIDAD (MANUAL): 0/10
MEMORIA: 8/10
DIVERSIÓN: 8/10
PUNTUACIÓN TOTAL: 7/10 (un juego muy original, rápido y divertido)
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