Como sabéis ya si nos seguís desde hace tiempo, sabéis que somos unos fanáticos del creador de juegos Uwe Rosenberg y nos encantan sus juegos de Patchwork y Patchwork Express, que hemos reseñado aquí y que son juegos para dos jugadores.
Bien, con este Patchwork el señor Rosenberg le da una vuelta de tuerca al juego tradicional, ya que en lugar de elegir y colocar retales en una tela cuadriculada lo que haremos será dibujarlos sobre ella. Además, con este juego no tenemos la limitación de dos jugadores que teníamos con los anteriores, sino que podremos jugar todos los jugadores que queramos.
No sé si lo notáis, pero este juego nos ha entusiasmado. No quiero adelantaros más, vamos a ver la reseña.
NOMBRE: Patchwork Doodle
MARCA: Maldito Games
PRECIO APROXIMADO: 11-15 €
INSTRUCCIONES EN CASTELLANO: Sí
EDAD: más de 8 años
Nº DE JUGADORES: de 2 a infinitos
JUEGO COOPERATIVO: No
RITMO DE JUEGO: Todos a la vez
DURACIÓN DE LA PARTIDA: 20 minutos
CARACTERÍSTICAS:
El juego viene en una caja mini y más que transportable. En su interior encontramos una libreta con muchas hojas iguales de cuadrícula, además de un dado normal y corriente, un meeple o «muñequito» de madera, una pequeña caja con cuatro lápices de colores y las cartas.
El conjunto es sencillo pero más que adecuado para jugar, aunque yo me habría ahorrado de poner los colores.
FUNCIONAMIENTO:
Cada jugador coge una hoja de cuadrícula y uno o varios colores. En primer lugar se barajan las 10 cartas con el reverso naranja y cada uno coge una. Esa es nuestra carta inicial, que es diferente a la de los demás. Ahora todos la dibujamos en nuestra cuadrícula, donde queramos.
Se barajan las cartas con el reverso rojo y se ponen ocho a la vista formando un círculo, con el mazo boca abajo en medio (o a un lado) y el meeple delante de cualquiera de las cartas.
El objetivo es conseguir la mayor puntuación total después de tres rondas. Para ello los jugadores podremos dibujar seis cartas en cada ronda, al final de la cual puntuaremos, como luego veremos. Comienza el juego.
Un jugador tira el dado, que va del 1 al 3, y hace avanzar el meeple sobre las cartas en el sentido de las agujas del reloj. Esa carta sobre la que cae el meeple, que tiene dibujado un retal, es la que todos debemos dibujar en nuestra manta, si queremos claro.
Podéis ver en la imagen anterior el retal que ha salido dibujado junto al de inicio. ¿Ha quedado bonito no?
Hay que tener cuidado con que lo que dibujemos coincida con la carta, y podemos dibujar el retal en cualquier posición, incluso su imagen especular (es decir, el retal como si le diéramos la vuelta). Para ayudarnos, las cartas que no son simétricas tienen al lado y sombreado una imagen más pequeña del retal girado. Al dibujar la figura, lo importante es rellenar su interior para saber dónde hay figura o no, no solo el contorno, y para dibujar le echaremos imaginación. Una vez todos estén listos, volvemos a tirar el dado.
Da igual quién tire el dado y haga avanzar el meeple. Se puede hacer cada vez uno o que lo haga el mismo, eso da igual.
Cuando solo queden dos cartas en el círculo, se detiene la ronda y puntuamos. Ahora los jugadores deben marcar un rectángulo en su tablero, de tal manera que esté lleno de retales, que no quede ningún hueco libre. Ese rectángulo estará formado por un cuadrado y quizá por filas sueltas. Multiplicamos los lados del cuadrado y a ese valor le sumamos +1 por cada fila sobran.
Una vez acabado el recuento se añaden 6 cartas nuevas a las dos sobrantes y comenzamos una nueva ronda, que va igual que la anterior, solo que ahora el rectángulo se habrá hecho más grande, al añadirle piezas al que ya teníamos.
Después de puntuar la segunda ronda se juega igual la tercera, con la salvedad de que cuando queden 3 cartas por jugar se detiene la partida y cada jugador elige qué retal de los tres que quedan quiere dibujar.
Al igual que las veces anteriores puntuamos el rectángulo más grande pero añadimos en una casilla que aparece debajo de la puntuación el número de huecos que tiene nuestra manta. Ese valor se nos restará a la puntuación suma de las tres rondas.
Gana quién más puntos tenga.
Obviamente da más puntos conseguir un cuadrado grande que hacer un rectángulo largo, por lo que intentaremos crecer siembre tanto a lo ancho como a lo alto. Explicado parece raro, pero en esta imagen lo veréis bien:
La imagen anterior muestra el final de la segunda roda. Hemos conseguido un rectángulo de 6×8 cuadrados, que está formado por un cuadrado de 6×6 (rayas finas rojas) y luego 2 filas (en azul). Por tanto en esta ronda sacamos 6×6=36 +2=38 puntos. No está mal.
Ahora viene lo guay, las reglas especiales:
Además de lo comentado, tenemos cuatro acciones especiales que podemos realizar a lo largo de la partida y que vienen indicadas en la parte de abajo a la derecha del tablero:
- Rellenar un casilla: rellenas un casilla en el tablero.
- Recortar: puedes recortar el retal que toca poner siguiendo las rayas de cuadrícula que aparecen en la carta y ponerlo en tu tablero recortado.
- Dibujar el retal que va antes o después del que toca dibujar.
- x2: puedes volver a realizar una de las acciones anteriores.
Estas acciones solo se pueden hacer una vez, por lo que se marca la casilla de al lado para indicar que ya se ha gastado. Hay que ser inteligentes para usar estas acciones justo en el momento necesario, ya que nos salvarán la vida en más de una ocasión.
En esta imagen vemos el fin de partida. Me han quedado 4 casillas libres y he hecho un macro cuadrado de 8×8, más una fila que me ha quedado libre.
Puede que mi tela sea un poco sosa, pero se pueden usar muchos colores si queréis darle colorido y que quede más bonita.
Bonito, ¿verdad? pues con esta joya perdí la partida.
VALORACIÓN:
Este juego lo recibí con pocas expectativas porque era difícil de superar el Patchwork y porque me sonaba haber leído por Facebook que a algún bloguero no le había gustado, pero a la primera partida nos enamoró, si bien no diré que es mejor que el Patchwork original, ya que de hecho son diferentes.
El juego tiene algo de azar, ya que no eliges qué retales poner, pero lo bueno es que, quitando de la pieza inicial, todos los jugadores ponen las mismas piezas (salvo las jugadas especiales), por lo que el factor azar está limitado. Es cierto que sí influye a la hora de conseguir hacer un cuadrado más grande o más pequeño, y que si, por ejemplo, en la primera ronda salen muchas piezas pequeñas, el cuadrado que haremos será más pequeño y justo en la última ronda tendremos piezas grandes y será complicado ir tapando huecos pequeños, pero eso nos pasará todos.
La pega que le veo al juego es que si te quedas un poco descolgado en las 2 primeras rondas (por ejemplo haces un cuadrado 4×4 en la primera y un 6×6 en la segunda y un contrincante hace un 5×5 y luego un 7×7), va a ser casi imposible remontar la partida, por lo que ya sabrás de antemano que vas a perder.
Con este juego los niños practican:
- Atención: fijarse qué pieza toca y cómo es.
- Visión espacial: ver de qué forma encaja mejor en el tablero, haciéndola girar o volteándola en nuestra mente.
- Creatividad: pinta el retal como quieras (calaveras, nubes, corazones…)
- Planificación: habrá que dosificar las jugadas especiales y guardar ciertas zonas del tablero a la espera de la pieza adecuada. Además, no solo se colocan las piezas para tapar huecos, como en el Patchwork, sino que hay que intentar formar cuadrados lo más grandes posibles.
El juego funciona genial 2 jugadores y también a más. Al jugar todos a la vez no se frena apenas el juego aunque seamos más jugadores. En cuanto a la edad, en la caja pone más de 8 años y es una edad adecuada para jugar, y por supuesto adultos.
Además, es un juego muy pequeño y transportable y es barato. La única pega que le puedo poner es que haya gente que prefiere colocar fichas que dibujarlas, pero nosotros le hemos cogido mucho cariño a los juegos de dibujar, como al Penny Pappers, que sabéis que tanto nos gusta también.
CALIDAD/ DISEÑO: 6/10
COMPLEJIDAD (PARA EL NIÑO MÁS PEQUEÑO): 8/10
AZAR: 6/10
HABILIDAD (MANUAL): 0/10
MEMORIA: 0/10
DIVERSIÓN: 8/10
PUNTUACIÓN TOTAL: 8/10