Hoy publicamos una reseña que teníamos hecha hace tiempo pero que por unas cosas u otras no habíamos publicado. Aquí va:

Todo el mundo conoce el Cluedo, es, junto al Monopoly, Risk y similares, lo que llamamos un juego de toda la vida, de la vieja escuela, anteriores a la llegada del todopoderoso Colonos de Catán que revolucionaría el mundo de los juegos de mesa, regalándonos una Edad de Oro de los juegos.
Pues bien, hace muy poco nos enteramos de que había un Cluedo solo de cartas, un juego sencillo y rápido, y no hemos dudado en probarlo. Ya veréis que la esencia del juego es la misma, pero desaparece el tablero, por lo que se vuelve mucho más rápido.
Pero vamos, el trasfondo es el mismo: un asesino, un arma y una habitación. ¡Vamos a investigar!

NOMBRE: Cluedo de Cartas

MARCA: Suffle

PRECIO APROXIMADO:  15-19 €

INSTRUCCIONES EN CASTELLANO:

EDAD: a partir de 8 años

Nº DE JUGADORES: de 2 a 4 jugadores

JUEGO COOPERATIVO: No

RITMO DE JUEGO: Por turnos

DURACIÓN DE LA PARTIDA: 15 minutos

CARACTERÍSTICAS:
El juego viene en una curiosa cajita pequeña de plástico. En su interior tenemos las cartas, del tamaño típico y las ilustraciones están muy bien. Tenemos cuatro juegos de cartas iguales, una para cada jugador, con los 6 sospechosos,  las 3 armas y los 3 lugares del crimen (hay alguna más si jugamos a la «versión extendida«).

Luego tenemos las cartas de prueba (una carta por cada lugar/arma/sospechoso), una carta de «El Crimen», una carta con la figura de cada sospechoso (no sé para que sirven estas, la verdad) y luego tenemos varias cartas más que se usan si te descargas la app que se indica en las instrucciones
El conjunto está muy bien, aunque ese color rojo chillón de la caja no acaba de gustarme.

FUNCIONAMIENTO:
Cada jugador recibe su lote de cartas. Ahí tenemos todas las posibilidades que se pueden dar, ya que tenemos todos los lugares, todas las armas y todos los sospechosos.

Estas son las cartas que cada jugador tiene en su mano.

Ahora cogemos las cartas de prueba y las separamos en tres montones (uno de armas, otro de lugares, otro de sospechosos).

Mezclamos cada montón y cogemos sin mirar una carta, que colocamos debajo de la carta Prueba.
Las cartas colocadas ahí corresponden al asesino, al arma y al lugar.
El resto de cartas de prueba se juntan, barajan y se reparten entre los jugadores. Si alguna sobra, se coloca boca arriba para que todos la vean.
Ahora estamos casi listos para empezar a jugar, solo falta una cosa: quitar las cartas de de nuestro mazo iguales a las de prueba. Es decir, si tenemos de prueba el puñal, la cuerda y la señorita Amapola, ya sabemos que esas tres cartas no forman parte del crimen, porque las tenemos nosotros (es decir, no están debajo de la carta de prueba).
Ahora, durante las rondas, nos dedicaremos a preguntar e ir descartando en secreto aquellas cartas que sepamos no forman parte del crimen. Siempre le preguntaremos al jugador de nuestra izquierda, y le preguntaremos 2 cartas, por ejemplo de esta forma: ¿está la biblioteca o el puñal involucrados en el crimen?

Si el jugador tiene una de esas dos cartas, te la pasa en secreto, la miras, y se la devuelves (y obviamente descartas la carta igual a esa que tienes tú). Aquí acaba tu turno y empieza el del siguiente jugador.
Si no tiene ninguna de las dos cartas, te dice «No puedo ayudarte» y te contesta el siguiente jugador. Si ninguno tiene ninguna de esas cartas, se acaba tu turno.
Así, según vas preguntando vas descartando cartas, hasta que ya solo te queda una de asesino, arma y lugar. Entonces, en tu turno, pides resolver el caso y coges las cartas de debajo del montón de pruebas y las comparas con las tuyas. Si has acertado, ganas. Si has fallado, las dejas donde están y sigues jugando, pero ahora solo contestas preguntas.

¿A que no sabéis quién ha ganado?

Obviamente la gracia no está solo en preguntar tú, sino también en escuchar lo que otros preguntan. Por ejemplo, si un jugador pide al de al lado dos cartas, una la tienes tú y ves que ese jugador le pasa una carta, pues ya sabes cual es, así que descártala con disimulo. O si recuerdas una carta que te ha pasado un jugador y luego un tercer jugador le pide a un cuarto esa carta y otra y este le pasa una, ya sabes cuál es.
Y por supuesto, faroles: puedes pedir cartas que tú tienes, para despistar.
En el juego se propone una versión sencilla, que es jugar con todos los acusados pero con solo 3 armas y 3 lugares del crimen, pero se puede jugar añadiendo 1 arma más y 2 lugares más. Nosotros recomendamos jugar directamente a esta, salvo que juguemos con niños.

 

VALORACIÓN:

Juego rápido, que conserva el encanto del juego original, pero de una duración muchísimo más corta.
Lo ideal, para que sea divertido de verdad, es jugar a 4 jugadores, aunque a 3 también se puede jugar.
En cuanto a la edad, un niño de 8 años puede jugar, aunque tendréis que probar si es mejor jugar a la versión simple o a la completa.
Con este juego nuestros niños van a hacer uso de:

  • Atención: al fijarse en no solo que tienen que pedir ellos, sino también qué piden los demás.
  • Deducción: tal y como hemos comentado.
  • Memoria: recordar ciertas cartas que un jugador ha pasado a otro.

Obviamente la suerte influye mucho, si justo pides las cartas adecuadas, puedes saber antes que nadie algunas de las respuestas, o si piden cartas que tú tienes a otros jugadores, te es muy fácil saber cuáles les han pasado.
En resumen, un juego familiar rápido, sencillo y divertido, sobre todo para jugar con gente no acostumbrada a juegos de mesa.

CALIDAD/ DISEÑO: 7/10

COMPLEJIDAD (PARA EL NIÑO MÁS PEQUEÑO): 8/10

AZAR: 6/10

HABILIDAD (MANUAL): 0/10

MEMORIA: 8/10

DIVERSIÓN: 7/10

PUNTUACIÓN TOTAL: 7/10 (Sencillo y entretenido)