Cerca de donde vivimos, en lo alto de una colina, hay una mansión encantada. Por las noches ves cómo sus paredes se mueven y a través de sus ventanas vemos fantasmas, serpientes, arañas gigantes e incluso ojos. Como el pueblo ya está harto de tanto lío con la casa, nosotros vamos a ser los responsables de resolver el misterio. Alguien ha dicho que si conseguimos llevar a todas las criaturas mágicas a una determinada sala de la casa, la maldición se acabará, aunque claro, eso es fácil de decir pero no de hacer porque… ¡la casa se mueve!
NOMBRE: Panic Mansion
MARCA: MasqueOca
PRECIO APROXIMADO: 22-26 €
INSTRUCCIONES EN CASTELLANO: Sí
EDAD: a partir de 6 años
Nº DE JUGADORES: 2-4
JUEGO COOPERATIVO: No
RITMO DE JUEGO: Todos a la vez
DURACIÓN DE LA PARTIDA: Por turnos
CARACTERÍSTICAS:
En este vídeo podéis ver cómo lo abrimos por primera vez:
El juego viene en una caja grande, con una ilustración espectacular. Además, esta caja tiene algo especial, y es que al darle la vuelta tiene una parte transparente para que puedas ver montada una casa y algunos objetos. Puro marketing que dan ganas de abrir el juego sin perder tiempo.
En el interior encontramos, por un lado, los elementos para formar cuatro cartas (cuatro cajas sin tapa y varios cartones para las paredes interiores. Además, tenemos, para cada jugador, un montón de pequeños objetos de madera y plástico (dos arañas, dos ojos, dos fantasmas, un aventurero, dos ojos, tres cubos y dos serpientes). Luego tenemos un montón de cartas de cartón cuadradas que tienen dos caras: en una sale dibujada una habitación de la casa y en la otra una serie de elementos.
Menuda familia vive en la casa.
El conjunto es visualmente muy atractivo.
FUNCIONAMIENTO:
En este vídeo podéis ver cómo ugamos:
A jugar a este juego se aprende en un minuto, y hay tres formas de juego. Cada jugador coge una casa y un juego completo de «bichos». Ahora veamos las formas de juego:
- Forma 1 (es la más sencilla):
Cada jugador mete en su casa los tres cofres (los cubos dorados), un fantasma y al aventurero. El jugador de su lado le mueve la casa para que los objetos se repartan.
En el centro de la mesa se coloca el mazo de cartas, pero enseñando la cara con los objetos. Un jugador coge la primera carta y le da la vuelta, dejando a la vista una habitación.
Ahora todos los jugadores deben intentar llevar al aventurero y al cubo acaben en la habitación en cuestión, pero ningún elemento más. Para conseguirlo, podemos agitar o inclinar la casa, pero no tocar los objetos con la mano.
Una vez uno lo tenga todo bien metido en esa habitación grita «¡Panic Mansion!» y gana la carta.
Ahora viene la parte divertida, y es que el jugador de la derecha coge uno de los objetos del ganador que no están dentro de la casa y se lo mete dentro. Ahora ese jugador lo tendrá más difícil.
Obviamente no todos los objetos son diferentes. Los ojos, por ejemplo, molestan mucho porque ruedan con facilidad por toda la casa, pero son fáciles también de apartar. Sin embargo, mis hijas ya se han dado cuenta de que las serpientes con las más cojoneras, ya que se quedan enganchadas en las puertas y no dejan pasar nada.
Así, según avance la partida cada vez habrá más personajes nuevos en las casas de los que van ganando, facilitándole las cosas a los que pierden, que tienen la ventaja de no tener tantos objetos.
Gana el jugador que consiga un número concreto de cartas (en las instrucciones pone 5, peros nosotros jugamos a 6).
Variante nuestra para niños de diferentes edades:
Buhína, de casi 5 años, se empeñó en jugar con sus hermanas de 7 y 9. Para compensar, lo que hicimos fue que ella empezaba sin el fantasma y solo se le añadía un objeto nuevo cuando gana la primera carta y luego cuando gana la tercera. No le fue mal, ganó 3 cartas durante la partida. Se puede hacer al revés: si un jugador es un supercráck podría empezar con un objeto más que los demás.
- Forma 2:
Se meten toooodos los personajes en cada casa. Ahora las cartas del montón muestran la habitación.
Uno jugador coge la primera carta y le da la vuelta, dejándola justo al lado del montón. Los jugadores tienen que meter en la habitación que se muestra en la carta superior del mazo todos los personajes que se muestran en la otra carta.
- Forma 3:
Igual que la forma 2, pero hay que fijarse en qué elementos faltan en la carta que se muestra y meter esos.
Bueno, está de más decir que si alguien dice ¡Panic Mansion! y no lo ha hecho bien, pierde una de las cartas ganadas.
Si queréis ver cómo se juega, aquí tenéis
VALORACIÓN:
Este es un juego que no dejará a nadie indiferente, ya que desde el principio llama la atención, tanto por la caja como por lo original de sus componentes. A mí me enamoró a primera vista.
Además, al ser un juego diferente a la mayoría, con este podremos practicar habilidades y aptitudes muy concretas:
- Atención: fundamental para ver qué hay que conseguir y/o dónde.
- Psicomotricidad fina: aquí va a ser fundamental.
Algo de azar tiene, ya que si coincide que tienes ciertos elementos cerca de la habitación objetivo, lo tendrás más fácil, pero sin duda la reina es la psicomotricidad fina.
A partir de 6 años se puede jugar bien y está claro que la edad cuenta, ya que a más edad el niño tiene más habilidad. De momento Topy, de 9 le saca ventaja a la Gometera, de 7, pero la diferencia de edad y habilidad se puede compensar, como hemos comentado en la explicación del juego. Los mayores también lo vamos a pasar genial con este juego, así que lo recomendamos para todas las edades.
La única «pega» es que, al ser un juego de velocidad, hay niños que gestionan mal el estrés que produce tener que hacer algo rápido antes que los demás, por lo que quizá este tipo de juegos les produzca frustración y nerviosismo.
En cuanto al número de jugadores, se juega perfectamente de 2 a 4 y la partida apenas dura 15-20 minutos.
CALIDAD/ DISEÑO: 9/10
COMPLEJIDAD (PARA EL NIÑO MÁS PEQUEÑO): 4/10
AZAR: 3/10
HABILIDAD (MANUAL): 10/10
MEMORIA: 0/10
DIVERSIÓN: 9/10
PUNTUACIÓN TOTAL: 8/10 (un juego frenético y divertidísimo)