Hoy traemos al hermano pequeño de un juego que nos encanta, el famoso Patchwork, que reseñamos aquí hace ya tiempo y que es muy similar a este, aunque de partidas más cortas y apto para niños algo más pequeños. ¿Que no sabéis de que va este juego? Pues vamos a verlo ahora mismo.


NOMBRE:Patchwork Exprés

MARCA: Maldito Games

PRECIO APROXIMADO:  14-18 €

INSTRUCCIONES EN CASTELLANO:

EDAD: A partir de 6 años

Nº DE JUGADORES: 2

JUEGO COOPERATIVO: No

RITMO DE JUEGO: Por turnos

DURACIÓN DE LA PARTIDA: 15 minutos

CARACTERÍSTICAS:

El juego viene en una caja de tamaño medio bastante delgada y en su interior encontramos 3 tableros, 2 de ellos cuadriculados, el otro con una serie de casillas. Luego tenemos los 23 parches, que son de un tamaño más que generoso y muy coloridos, al igual que los botones, que también son piezas de cartón más grandes que en el caso de su «hermano mayor». Los parches de cuero son sencillitos pero funcionan bien, y para acabar tenemos las dos fichas cilíndricas de madera y el peón, también de madera.

El conjunto es atractivo y elegante, de buen tamaño y perfecto para jugar.

Ya os lo decía: colorido y elegante.

Aquí tenéis el vídeo del unboxing:

FUNCIONAMIENTO:

Si ya sabes jugar al Patchwork, el funcionamiento es similar, aunque hay algunas variaciones, y si no sabes, te lo explico en un periquete: El objetivo es llenar nuestro tablero-colcha con parches, ya que cada agujero que quede al final de la partida nos quitará 2 botones. Por tanto, además de conseguir parches también tendremos que acumular botones, que nos servirán durante la partida para comprar parches. Al final de la partida ganará quién tenga más botones.

Para empezar, se coloca el tablero central y alrededor todos los parches quitando los azules, que se dejan aparte. Los dos marcadores cilíndricos se colocan en la casilla de salida y los parches de cuero se colocan en los huecos correspondientes del tablero. Ahora repartimos 5 botones a cada jugador y se coloca el peón justo después del parche más pequeño.

Todo listo para jugar.

Durante el turno del jugador, este puede comprar uno de los tres parches situados frente al peón, pagando el coste en botones. Una vez lo compra lo tiene que colocar en su tablero y avanzar su ficha cilíndrica tantas casillas como número indique el reloj de arena del parche que hemos comprado.

En el momento en el que la ficha de un jugador pasa por un dibujo de botón, cuenta cuántos botones tienen los parches de su tablero y cobra ese mismo número de botones. Es decir, interesará no solo ir llenando nuestra manta, sino tener parches con botones para poder cobrar.

Si pasamos o caemos en un parche de cuero, lo cogemos y lo colocamos en una de nuestras casillas vacías.

El jugador que tiene que jugar el turno es siempre el que está detrás en el tablero, lo que implica que en ocasiones un mismo jugador podrá hacer varias compras en su turno, si las fichas que compra le hacen avanzar poco. En caso de que alguien no tenga o no quiera gastarse dinero, avanza su ficha hasta colocarla una casilla por delante de la del contrincante y se lleva tantos botones como casillas haya avanzado.

Así, según vayamos jugando iremos llenando nuestra colcha y, si lo hacemos bien, cada vez que pasemos por el dibujo de botones iremos ganando más botones.

 

Y ahora viene la gran diferencia con el Patchwork normal, y es que cuando solo queden 5 retales que comprar se añadirán, detrás del peón, los retales azules. La característica que los hace especial es que hay varios gratis y la mayoría son pequeños, por lo que vendrán genial para colocar en los huecos pequeños que tengamos.

Hora de poner los parches azules

El juego acaba cuando ambos jugadores lleguen a la casilla final. Entonces se hará el recuento de casillas vacías y botones que hemos comentado.

Buhína está contenta porque ha ganado a su padre.

VALORACIÓN:

Se trata de un juego sencillo de aprender pero que tiene mucha miga. Con el nuestros niños practican:

  • Contar, sumar y restar números sencillos: al comprar las fichas o al contar cuánto cobran al pasar por botones.
  • Visión espacial: hay que fijarse bien dónde va mejor la ficha a colocar para dejar los mínimos huecos posibles.
  • Planificación: a veces interesará no comprar para esperar a una pieza mejor.

Obviamente el juego tiene una parte de azar, ya que, si bien puedes planificar hasta cierto punto las jugadas, las fichas se han colocado aleatoriamente.

La edad indicada en la caja es de 6 años, aunque con 5 ya se podría empezar a jugar. Yo juego con Buhína, que tiene 4 años y medio, pero es porque ella ve jugar a las hermanas mayores a Patchwork normal y quiere jugar a este, pero le viene muy grande porque le falta mucha visión espacial y picardía. No obstante nos viene muy bien para practicar a contar y enseñarle un poco de planificación, además de usar la visión espacial.

En cuanto a la edad máxima, un adulto podría jugar sin problema.

Ahora viene la gran pregunta: ¿el Patchwork normal o el Exprés?

Pues depende, ya que este no es que sea para pequeños, sino que es «expres», es decir, las partidas son bastante más cortas que al juego normal, así que depende de lo que queráis. Mi hija segunda, Gometera, juega perfectamente al normal desde que tiene seis años y medio y siempre jugamos al normal, pero este tampoco es mala opción cuando quieres partidas más cortas o vas a jugar con gente no muy habituada a jugar.

 

CALIDAD/ DISEÑO: 8,5/10
COMPLEJIDAD (PARA EL NIÑO MÁS PEQUEÑO): 7/10
AZAR: 3/10
HABILIDAD (MANUAL): 2/10
MEMORIA: 0/10
DIVERSIÓN: 8/10
PUNTUACIÓN TOTAL: 8,50/10 (genial, igual que el hermano mayor)