La entrada de hoy no es una reseña de juego, sino que quiero compartir la primera historia infantil que he escrito. No se trata de un cuento normal y corriente, en el que vas pasando las páginas hasta llegar al final. No, en este vuestros niños van a tener que elegir en cada escena qué hacen, pero antes de pasar al cuento, que aquí tenéis íntegro, contaros que esta iniciativa nació gracias al grupo de facebook El Pequeño Rincón de los Juegos de Mesa y a su director, Fernando Vázquez, un apasionado de los juegos de mesa infantiles, igual que yo. Gracias a él me animé a escribir esta primera historia, y me ha gustado tanto la experiencia que me he animado a escribir una serie de libros para niños en los que estos tendrán que elegir lo que hacen en cada escena, y estoy a punto de terminar de editar el primero.
Lo que hicimos en el grupo fue que cada día salía un post y durante unas horas nuestros niños elegían una de las opciones que dábamos. Al día siguiente salía la conclusión de la escena y los que no quedaban eliminado pasaban a la siguiente.
En vuestro caso, queridos padres y tutores, podéis dar a leer la historia a vuestros niños, o leerla directamente vosotros mismos.
Si queréis tenerlo en pdf, aquí tenéis la historia entera.
PRIMER DÍA:
Te encanta estar en casa de tu abuelito y visitarlo en verano a la casa grande y vieja que tiene en medio del bosque.
De día te gusta ayudarle en todas sus tareas, como recoger leña, cultivar el huerto o acompañarle a buscar hierbas medicinales con las que prepara extraños brebajes que luego vende.
Ahora es de noche y oyes de fondo los ronquidos de tu abuelo, en el piso de arriba.
Avanzas sin hacer ruido y sientes mucha emoción porque vas a entrar en la«habitación prohibida», el único lugar de la casa que está cerrada con llave y al que nunca has entrado, porque tu abuelo nunca te ha dejado. Sin embargo, hoy vas a descubrir lo que hay dentro porque has conseguido la llave.
Despacio, abres la puerta y, cerrándola poco a poco detrás de ti, buscas a oscuras el interruptor de la luz hasta que lo encuentras.
Ahora que hay luz miras a tu alrededor con asombro. La habitación está llena de estanterías llenas de botes de diferentes colores y hay muchos libros que parecen muy antiguos y están escritos en un idioma que no conoces, además de extraños objetos, pero lo que más te llama la atención es el enorme espejo ovalado que hay a un lado.
Sientes como si el espejo te llamara y te acercas a él.
De repente, cuando estás a dos pasos de distancia, tu reflejo desaparece de su superficie y empieza a brillar. Unos segundos después en el espejo ya no te ves reflejado a ti, sino que se ve un bosque al otro lado. Estiras la mano para tocar la superficie del espejo pero tu mano lo atraviesa, parece que el espejo se ha convertido en una especie de puerta que lleva a otro lugar.
¿Qué vas a hacer?
A. Sales de la sala en silencio. Mejor que el abuelo no se entere que has entrado.
B. Cruzas al otro lado del espejo, a ver qué hay.
C. Sales de la habitación corriendo y llamando a tu abuelo para que venga a ver qué está pasado con el extraño espejo.
PRIMER DÍA: CONCLUSIÓN
A. En unos pocos minutos estás de nuevo en tu cama, después de devolver la llave al lugar del que la habías cogido. Lo mejor será dormir y que el abuelo no se entere nunca de que has entrado en la habitación prohibida o se enfadaría mucho. La aventura ha terminado.
B. Pasas al otro lado. Es curioso pero, aunque en casa de tu abuelo era de noche, allí es de día. Avanzas por el bosque. Los árboles tienen el tronco muy delgado y en la copa están tan llenos de hojas que no puedes ver el cielo. Te das la vuelta y ves que el extraño agujero por el que has llegado allí ha desaparecido, pero no sientes miedo, ya que algo te dice que vas a vivir una aventura extraordinaria.
C. Al oírte gritar, tu abuelo baja corriendo. Le explicas lo que ha pasado y él te dice que le sigas y entra en la habitación prohibida. Cuando llegáis frente al espejo, este parece de nuevo un espejo normal.
—Hemos llegado tarde —murmura tu abuelo, con cara preocupada.
Tu abuelo no te riñe demasiado y durante el resto de las vacaciones no vuelves a entrar en la habitación y sigues ayudándole. No sabes por qué, pero él parece triste todo el tiempo.
ENHORABUENA A LOS QUE HABÉIS ELEGIDO LA OPCIÓN B. NOS VEMOS EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO DE LA AVENTURA.
SEGUNDO DÍA:
Caminas por el extraño bosque, mirando en todas direcciones. Parece que allí no vive nadie, ya que no hay ningún camino ni se ven casas por ningún lado. Parece que solo los animales viven en aquel bosque tranquilo y hermoso.
—¿Quién eres tú? —escuchas de pronto.
Casi te caes al suelo del susto. Miras a tu alrededor pero no ves a nadie.
—Estoy aquí abajo.
Entonces lo ves, se trata de un hombrecito diminuto con barba, del tamaño de una ardilla.
—¿Eres tú el sabio del otro lado del espejo que viene a ayudarnos?
¿Qué le contestas al hombrecito?
A. Sí, yo te ayudaré.
B. Lo siento, no soy yo. Creo que mejor me marcho a casa.
C. ¿Qué te ha pasado?
SEGUNDO DÍA: CONCLUSIÓN
A. —Ven conmigo —dice el hombrecito.
Camináis durante un buen rato en silencio. Tu pequeño guía parece que se conoce el bosque bien, ya que cada cierto tiempo cambia de dirección sin dudar ni un momento.
Cuando se detiene, te das cuenta de que estás en una zona del bosque llena de pequeñas casitas hechas en los troncos de los árboles.
Una veintena de esos simpáticos hombrecitos, tanto hombres como mujeres, salen a tu encuentro alegres.
¿Por qué se alegran tanto de verte?, te preguntas.
B. El hombrecito suspira y te dice que le acompañes. Volvéis al lugar en el que has aparecido.
En ese momento la personita hace sonar una campana que tiene en la mano y aparece el círculo ovalado. Al otro lado se ve la habitación prohibida del abuelo.
Pasas al otro lado con rapidez y te das la vuelta. El espejo vuelve a tener un aspecto normal.
Lo mejor será que vuelvas a la cama y el abuelo no se entere de nada.
C. —Ven conmigo —dice el hombrecito.
Camináis durante un buen rato en silencio. Tu pequeño guía parece que se conoce el bosque bien, ya que cada cierto tiempo cambia de dirección sin dudar ni un momento.
Cuando se detiene, te das cuenta de que estás en una zona del bosque llena de pequeñas casitas hechas en los troncos de los árboles.
Una veintena de esos simpáticos hombrecitos, tanto hombres como mujeres, salen a tu encuentro alegres.
¿Por qué se alegran tanto de verte?, te preguntas.
ENHORABUENA A LOS QUE HABÉIS ELEGIDO LA OPCIÓN A Y C. NOS VEMOS EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO DE LA AVENTURA.
TERCER DÍA:
Todos los hombrecitos te hablan a la vez y sus voces se mezclan, impidiéndote entender nada.
Por fin se hace el silencio y uno de ellos, que tiene una poblada barba blanca, se coloca frente a ti.
—Se han llevado al rey y la reina. Ha sido un orco malvado, ha aprovechado un hueco en la barrera verde para entrar. ¡Se los comerá! —te dice, agustiado—. ¿Nos ayudarás a rescatarlos?
—Por favor, ayúdanos —empiezan a decir todos.
¿Qué les contestas?
A: ¿Orco malvado? Me da miedo, quiero volver a casa.
B: Yo no voy a poder, mejor me quedo aquí con vosotros. A lo mejor los reyes consiguen escapar y vuelven sin ayuda.
C: Yo iré a rescatar a los reyes
TERCER DÍA: CONCLUSIÓN
A: Les dices con voz temblorosa que tú no te ves capaz, suena demasiado peligroso. Les pides por favor que te devuelvan a tu casa.
Volvéis al lugar en el que has aparecido.
En ese momento la personita que te guía hace sonar una campana que tiene en la mano y aparece el círculo ovalado. Al otro lado se ve la habitación prohibida del abuelo.
Pasas al otro lado con rapidez y te das la vuelta. El espejo vuelve a tener un aspecto normal.
Lo mejor será que vuelvas a la cama y el abuelo no se entere de nada.
B: —Mejor me quedo aquí con vosotros, no me atrevo a enfrentarme al monstruo. Estoy seguro de que vuestros reyes conseguirán escapar y volver aquí —les dices, intentando que no se note que tienes muchísimo miedo.
Los hombrecitos te miran apenados pero no dicen nada. No sabes por qué, pero te consideran una persona sabia, así que deciden hacerte caso. Pasas las siguientes horas con ellos, disfrutando de sus hospitalidad, pero el ambiente es triste porque sigue sin saberse nada de los reyes.
—Ya no volverán nunca —dice el hombrecito que te había acompañado hasta allí, apenado, unas horas después.
Todos los hombrecillos rompen a llorar, desconsolados.
Te sientes mal por haber sido cobarde, pero ahora ya es tarde, solo te queda regresar a casa.
Os ponéis en camino y volvéis al lugar en el que has aparecido.
En ese momento la personita que te guía hace sonar una campana que tiene en la mano y aparece el círculo ovalado. Al otro lado se ve la habitación prohibida del abuelo.
Pasas al otro lado con rapidez y te das la vuelta. El espejo vuelve a tener un aspecto normal.
Lo mejor será que vuelvas a la cama y el abuelo no se entere de nada.
C: Todos los hombrecitos aplauden emocionados y dos de ellos te dicen que les sigas.
Os alejáis del poblado y llegais hasta un muro enorme hecho de plantas. Los tallos y las ramas que lo forman parecen tan resistentes como si fueran ladrillos, y el muro es tan alto que no ves el final.
—Este es el muro verde —dice uno de tus guías—. Es mágico. Hasta ahora nada había podido atravesarlo, pero el ogro lo ha conseguido usando un conjuro especial. Ahora ya lo sabemos y no podrá volver a hacerlo, pero por desgracia ahora es tarde.
Dicho esto ambos se ponen a llorar.
—No os preocupéis, rescataremos a los reyes. Pero, ¿cómo pasaremos al otro lado? —preguntas.
En ese momento las plantas empiezan a moverse y aparece un hueco en el muro por el que podéis pasar.
—Ya te he dicho que es mágico —dice el otro hombrecito, ahora más tranquilo.
Lo cruzáis y el impresionante muro se cierra en cuanto pasáis.
ENHORABUENA A LOS QUE HABÉIS ELEGIDO LA OPCIÓN C. NOS VEMOS EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO DE LA AVENTURA.
CUARTO DÍA:
Seguís caminando y durante varias horas andáis por el bosque sin parar. Ahora que estáis fuera de la protección del muro mágico de plantas, tus amigos parecen nerviosos y miran en todas direcciones sin parar.
Te das cuenta de que el bosque está cambiando. Ya no es tan colorido y lleno de vida como antes. Los árboles ahora son viejos y grises y la hierba tiene un feo color amarillento.
—Estamos en los dominios del orco malvado —susurra uno de tus amigos—. El orco vive sacando la energía de todo lo que hay vivo a su alrededor, por eso esta parte del bosque está muriéndose. Si se come a nuestros reyes conseguirá mucho poder.
Seguís andando, ahora más despacio, y de pronto tus amigos se paran.
A lo lejos distingues una casa fea de madera, de la que sale humo.
—Es allí —dice uno de los hombrecitos—. Si nosotros fuéramos grandes y fuertes iríamos a rescatarlo, pero por suerte te tenemos a ti. Ahora nos vamos, no queremos molestarte, nosotros no podemos ayudar.
Ahora te asustas de verdad al ver que ya no hay nadie contigo que te pueda ayudar. ¿Qué puedes hacer tú contra un ogro?
Habrá que pensar algo. ¿Qué haces?
A: Te acercas a la casa y miras por una ventana.
B: Te acercas a la casa y entras por la puerta.
C: Te está entrando miedo, mejor te vas.
CUARTO DÍA: CONCLUSIÓN
A: Caminas despacio, intentando no hacer ruido al pisar las ramas y hojas caídas. Miras hacia atrás unos momentos, pero no se ve a tus amigos.
Tu corazón late a toda velocidad a causa de los nervios y del miedo que sientes, pero ahora ya no hay marcha atrás.
Parece que el tiempo pasa despacio y tardas una eternidad en llegar hasta la ventana, pero por fin lo consigues. Lanzas un suspiro, de momento nadie te ha visto. De momento estás a salvo y cada vez más cerca de tu objetivo: salvar a los reyes, aunque todavía no sabes qué hay dentro de la casa ni cómo vas a rescatarlos.
B: Avanzas por el camino que lleva a la casa y, a pesar de que tienes muchísimo miedo, abres la puerta dando un portazo, como si fueras un superhéroe.
—¡Vengo a liberar a los reyes prisioneros! ¿Dónde están? —preguntas con voz fuerte. Ahora que has llegado, te sientes mejor, seguro que lo conseguirás.
Entonces el orco aparece por la puerta de la cocina unos segundos después. Es un poco más bajo que tú, pero su aspecto es horrible. Tiene unos negros dientes afilados y te mira con enfado, a la vez que levanta sus manos, que parecen garras. Da la sensación de que se va a lanzar contra ti, así que sales corriendo y gritando de miedo. Algo te dice que si te pilla, también te devorará.
Tú no eres capaz de enfrentarte a esa bestia, mejor volver a casa, te dices mientras corres sin parar.
Por suerte el orco no te sigue, y un rato después puedes caminar con tranquilidad.
Recuerdas el camino de vuelta y en unas horas llegas al muro verde.
Has fracasado, pero al menos no has muerto.
Convences a uno de ellos para que te lleven al sitio por el que apareciste en ese mundo. Tu guía hace sonar una campana que tiene en la mano y aparece el círculo ovalado. Al otro lado se ve la habitación prohibida del abuelo.
Pasas al otro lado con rapidez y te das la vuelta. El espejo vuelve a tener un aspecto normal.
Lo mejor será que vuelvas a la cama y el abuelo no se entere de nada.
C: Tú no eres capaz de enfrentarte a esa bestia, te dices, notando el miedo crecer en tu interior, mejor volver a casa.
Recuerdas el camino de vuelta y en unas horas llegas al muro verde.
Has fracasado, pero al menos no has muerto.
Convences a uno de ellos para que te lleven al sitio por el que apareciste en ese mundo. Tu guía hace sonar una campana que tiene en la mano y aparece el círculo ovalado. Al otro lado se ve la habitación prohibida del abuelo.
Pasas al otro lado con rapidez y te das la vuelta. El espejo vuelve a tener un aspecto normal.
Lo mejor será que vuelvas a la cama y el abuelo no se entere de nada.
ENHORABUENA A LOS QUE HABÉIS ELEGIDO LA OPCIÓN A. NOS VEMOS EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO DE LA AVENTURA. YA QUEDA MENOS PARA EL FINAL
QUINTO DÍA:
Han pasado unos minutos y sigues debajo de la ventana, a salvo de momento. Por fin te decides a asomarte y miras el interior de la casa.
Ves una cocina, en cuyo centro hay una olla enorme hirviendo. Miras en todas direcciones buscando a los reyes hasta que te fijas en una jaula que parece para pájaros. ¡Dentro están los reyes enanitos!
Pero también allí está el orco malvado, removiendo la enorme olla. Por suerte no te puede ver porque está de espaldas a la ventana.
Es la primera vez en tu vida que ves un orco, así que lo miras bien. La verdad es que no da mucho miedo, ya que es más bajito que tú y está bastante flaco.
Durante unos momentos te quedas pensando qué hacer. Tocas la ventana y te das cuenta de que no está cerrada, así que puedes abrirla desde fuera, aunque también puedes entrar por la puerta de la casa.
¿Ahora qué haces?
A: Entro por la puerta, ¡voy a salvarlos!
B: Entro por la ventana.
C: Esto va a ser muy complicado, mejor me vuelvo a mi casa.
QUINTO DÍA: CONCLUSIÓN
A: Abres la puerta dando un portazo.
—¡Vengo a liberar a los reyes prisioneros! ¿Dónde están? —preguntas sin miedo. El orco bajito y delgado seguro que tiene miedo de ti, que le ganas en altura.
El orco aparece por la puerta. A pesar de que es más bajo que tú, su aspecto es horrible. Tiene unos negros dientes afilados y te mira con enfado, a la vez que levanta sus manos, que parecen garras.
Da la sensación de que se va a lanzar contra ti, así que sales corriendo y chillando de miedo.
Algo te dice que si te pilla, también te devorará.
Tú no eres capaz de enfrentarte a esa bestia, mejor volver a casa, te dices mientras corres sin parar.
Por suerte el orco no te sigue, y un rato después puedes caminar con tranquilidad.
Recuerdas el camino de vuelta y en unas horas llegas al muro verde.
Has fracasado, pero al menos no has muerto.
Convences a uno de ellos para que te lleven al sitio por el que apareciste en ese mundo. Tu guía hace sonar una campana que tiene en la mano y aparece el círculo ovalado. Al otro lado se ve la habitación prohibida del abuelo.
Pasas al otro lado con rapidez y te das la vuelta. El espejo vuelve a tener un aspecto normal.
Lo mejor será que vuelvas a la cama y el abuelo no se entere de nada.
B: Entras por la ventana con facilidad y te escondes detrás de una caja que hay en el suelo.
El ogro no se ha dado cuenta de tu presencia y canta sin cesar, mientras remueve la olla.
—¡Qué rica cena voy a tomar hoy! —dice, contento—. Con vuestro poder seré otra vez joven y fuerte durante muchos años.
El orco es algo más bajo que tú, pero tiene unas garras muy afiladas y parece muy peligroso, así que decides esperar.
Unos minutos después cruza una puerta, en busca de algo.
¡Es tu oportunidad! Sales de tu escondite, coges la jaula y te diriges hacia la puerta de salida de la casa.
—¡Oye, tú! —oyes a tu espalda.
Sin perder tiempo, sales corriendo con la jaula. Detrás de ti oyes los gruñidos del orco, que te está persiguiendo.
—¡Cuando te pille también te comeré a ti! —grita.
Corres y corres sin parar con la jaula en tus manos. Parece que el corazón te va a explotar del miedo que tienes, pero poco a poco te das cuenta de que los gruñidos del orco están cada vez más lejos. Tú tienes las piernas más largas y corres más que él, piensas con alivio.
Cuando ya no lo oyes, te detienes, jadeando a causa del cansancio de la carrera. Nadie te sigue, parece que lo has conseguido.
C: Tú no eres capaz de enfrentarte a esa bestia, te dices, notando el miedo crecer en tu interior, mejor volver a casa.
Recuerdas el camino de vuelta y en unas horas llegas al muro verde.
Has fracasado, pero al menos no has muerto.
Convences a uno de ellos para que te lleven al sitio por el que apareciste en ese mundo. Tu guía hace sonar una campana que tiene en la mano y aparece el círculo ovalado. Al otro lado se ve la habitación prohibida del abuelo.
Pasas al otro lado con rapidez y te das la vuelta. El espejo vuelve a tener un aspecto normal.
Lo mejor será que vuelvas a la cama y el abuelo no se entere de nada.
ENHORABUENA A LOS QUE HABÉIS ELEGIDO LA OPCIÓN B, VEAMOS LA CONCLUSIÓN DE LA HISTORIA
SEXTO DÍA: CONCLUSIÓN DE LA HISTORIA
Consigues abrir la jaula después de golpear varias veces el candado con una piedra y los dos pequeños reyes salen.
—Muchas gracias. Nos has salvado la vida, a nosotros y a nuestro pueblo. Si hubiera conseguido nuestro poder seguro que habría podido abrir de nuevo el muro verde —te dicen.
Camináis con prisa pero algo más tranquilos durante unos horas hasta que llegáis de nuevo al muro verde.
—Lo hemos conseguido —dices, suspirando.
En ese momento te llegan a los oídos unos chillidos horribles que te recuerdan a alguien. ¡Es el ogro que viene!
Se abre un agujero en el muro verde y pasáis a toda prisa.
Justo cuando se está cerrando ves que el ogro está llegando, pero no consigue pasar.
¡Lo has conseguido, ya estáis a salvo!
Celebras una fiesta con tus nuevos pequeños amigos durante horas, con canciones y bailes. Luego te llevan de regreso al lugar por el que viniste y, atravesando otra vez el espejo, vuelves a casa.
Tu abuelo está allí esperando, preocupado y te abraza cuando te ve llegar.
Le cuentas tus aventuras y el te sonríe, orgulloso.
—El sabio que debía ayudarlos era yo. Desde que soy como tú que he ayudado a los tabins, que es como se llaman los hombrecillos. Antes de mí lo hizo mi padre, y a partir de ahora tú serás el que les ayudes. No hay nada mejor que ayudar a los demás.
noviembre 21, 2017 a las 2:05 pm
Muchas felicidades y muchísimas gracias tanto a Fernando cómo a tí Jaime x la iniciativa de poner en el grupo «El pequeño Rincón de los juegos de mesa» éste tu primer,y esperamos k no sea el último, juego-Libro para niños; mi hija a sido uno de los peques que en el grupo disfrutó leyéndolo y decidiendo que hacer en el siguiente capítulo,y le entusiasmó,esperando con ansias todos los días el siguiente capítulo. Despertó en ella el deseo de leer, cosa km ha parecido fantástico, xk no es fácil k lo haga de motu propio.
Asik de nuevo me reitero en la felicitación y esperamos pronto poder leer algo más firmado x tí.
Gracias.
noviembre 21, 2017 a las 11:12 pm
Muchas gracias a vosotros por seguirla, te aseguro que hace mucha ilusión. Seguro que no tardamos en montar otra y ya os avisaré cuando en un par de semanas tenga la novela ya lista.