Todos sabemos cómo son los niños, en general, y sobre todo los más pequeños. Se podría describir a todos los niños del mundo en dos palabras: ¿graciosos? Efectivamente lo son, pero falta la segunda palabra: tiranos.
Así, no es raro, al ir por la calle, encontrarnos con algún niño llorando a grito pelado o tirado en el suelo pataleando. A ellos les da igual dónde estén o quién esté mirando, cuando la quieren liar parda, la lían, ya sea en la guardería o en el interior de una iglesia en pleno entierro del tío-abuelo.
Esta es Buhína, la tercera. Graciosa, ¿verdad? Pues hay días que dan ganas de regalarla…
Si estás en casa, la solución es relativamente sencilla: todos tenemos un sitio para pensar, al que mandamos a los niños a que se apacigüen (en nuestro caso es el baño), o está el recurso de darle un azote (¿he dicho azote? No, no, no quería decir eso, que eso está prohibido por la ley, lo que hay que hacer es dialogar con nuestro niño de 2 años, dándole argumentos irrefutables para dejarle obnubilado con nuestra sabiduía y que así nos dé la razón y nos obedezca).
Entonces, tenemos al niño en plena rabieta en mitad de la calle. Si el niño es hijo único o son dos hermanos no sé qué pensarán las señoras (sí, son siempre señoras), pero si el niño tiene más de dos hermanitos, el comentario de la señora es tajante: «claro, normal que se porte mal, es que tiene muchos hermanitos». Este es el comentario más fino, ya que pueden haber variantes: «con tantos hijos, es normal que no los tengas bien educados».
A lo mejor a alguien le sorprende esto, pero varios de mis amigos con familia numerosa lo han escuchado alguna vez. A mí nunca me han hecho este comentario, y es debido a que Dios es muy bueno y sabe que el día que lo presencie me convertiré en un Berserker nivel 35, algo no muy recomendable y de lo que seguro que luego me arrepentiré.
Pues bien, vamos a desmontar este otro mito muy típico, pero antes, una pequeña aclaración:
¿Qué es más fácil, presenciar una rabieta de un hijo único o de un hijo de familia numerosa? Obviamente, de un hijo de familia numerosa, y es pura estadística. A más hijos, más probabilidad de que haya alguno cabreado en algún momento dado.
Ahora veamos varios ejemplos claros de por qué los hijos de las familais numerosas están igual o incluso mejor educados que los hijos de las familias «normales»:
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Las reglas:
En casa es habitual y necesario que los padres establezcan reglas. Las reglas son buenas, las reglas molan. Por ejemplo, en la nuestra hay una que es: «solo se ve televisión el fin de semana o en festivos» o, por poner otro ejemplo: «solo se puede jugar a la tablet el domingo». Pongo estos ejemplos aunque puede ser cualquier otro.
Pues bien, a veces los niños nos llevan al límite y, con tal de no oírlos, nosotros mismos nos saltamos nuestras propias reglas.«Total, por un día no pasa nada». «Bueno, valeeee, pero no me pegues más la paliza».
Imagínate que un día uno de tus hijos está muy pesado y te cansa. La solución es saltarte la regla mencionada y, por ejemplo, le dices: «venga, va, no te comas la sopa si no quieres» o «venga, va, toma la tablet, no me la pidas más». Está claro que los entendidos recomiendan nunca saltarnos nuestras reglas, porque estamos haciendo ver al niño que lo que decimos no siempre tiene por qué cumplirse, es decir, nos quitamos la autoridad a nosotros mismos. Aún así, decides hacerlo (que no se coma el puré, que no se ponga el pijama, que juegue a la tablet cuando no toca). Si es hijo único, pues ningún problema (a corto plazo). Si tienes uno más, quizá tampoco (venga, pues tú tampoco te comes la sopa). Pero si tienes familia numerosa, ya la has liado parda, porque TODOS te van a pedir la tablet o te van a decir que por qué ellos tienen que comerse la sopa y el hermano X en cuestión no. En un momento tienes una insurrección en toda regla y, como lo sabes, no hay más narices a hacer cumplir tus reglas para ese hijo, porque los demás están al quite, esperando a ver qué vas a hacer. Sí, es más fácil decir: «va, déjate la sopa que llevas ya 20 minutos», pero no tienes más narices que mantenerte en tu posición o los demás te saltarán como una jauría de mastines.
Lelona, con 1 año, de momento está encantada con la regla de que hay que bañarse cada dos días
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Las riñas:
Hay días que un niño está «girado» y solo tiene ganas de tocar las narices, a los padres o a los hermanos. Si es hijo único, a veces los padres lo consienten y aguantan el tipo. Si hay dos hermanos, quizá también lo consientan, pero si es una familia numerosa significa que el que ese día está con el carácter «complicado» va a tocar las narices a toooodos los demás, por lo que en poco tiempo tendremos a varios llorando y a los otros enfadados. Esta situación es insostenible y lo sabes antes de que ocurra, por lo que al promotor del atentado hay que cortarle las alas antes de que el «virus» del enfado se extienda. Es decir, o actúas o se te monta la Tercera Guerra Mundial, y se acentúa si tienes a algún bebé haciendo la siesta y corre peligro de despertarse antes de tiempo.
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La limpieza:
¿Que el niño hoy no quiere recoger? (hoy o nunca), pues bueno, ya recoge el papi, que tampoco cuesta mucho. Además, todos sabemos que cuesta menos si recogemos nosotros que si obligamos al niño, acabamos antes.
Sí, si tienes uno. Pero si tienes 4 y ninguno recoge, estás toooooooooooooooodo el maldito día recogiendo trastos, por lo que como no espabiles a tus hijos y seas inflexible en lo de recoger, vas listo, porque los niños son unas máquinas de ensuciar y desordenar, y lo hacen en un tiempo record.
Las nuestras, a base de pegar la brasa, ahora ya recogen sin quejarse (demasiado), aunque hay que estar vigilando como un guarda jurado porque el concepto de «ya está todo recogido» de los niños es muy relativo, además de que siempre está el «es que Topi no recogeeeee», » es que Buhína en lugar de recoger está jugandooooo». Por lo que, cuando dices a recoger, toca recoger, aunque acabes agotado de tanto insistirles.
-¿Lo habéis recogido todo? -Sí, papá, está toooooodo recogido. (imaginaos cómo estaba antes)
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El ruido:
Otro de los factores importantes: el ruido en las casas de las familias numerosas.
Es obvio que cuatro niños hacen más ruido que dos, como norma general pero, el ruido de dos niños se puede soportar, el de cuatro no. ¿Vosotros habéis visto la peli de El Rey León, cuando la estampida? Pues algo parecido.
A lo mejor, si alguien tiene 2 hijos, no le molesta que hagan ruido, pero si tienes 4, sí que te molesta, uno no se acostumbra nunca a tanto ruido, por lo que tienes que cortarlo por lo sano, y más cuando tienes a un bebé que duerme de 10 a 12, de 15 a 17, y a partir de las 20:30 de la noche.
En ese aspecto, mis vecinos lo tienen bien por la noche, porque si mis niñas empiezan a hacer ruido y me despiertan al bebé sería capaz de MATARLAS.
Por supuesto que hay momentos puntuales de jaleo, como en cualquier casa, pero no es la tónica normal. Así que si alguien piensa que en una casa con 4 hijos siempre hay gritos y lloros, está muy equivocado.
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El estudio y los deberes:
Si tienes un solo hijo, o dos, pues puedes sentarte con ellos a hacer los deberes y estudiar, y puedes estar todo el día pendiente del wasap del grupo del cole por si no saben qué es lo que tarea tienen que hacer o no se ha apuntado las fechas de los exámenes, pero si tienes 4, eso es imposible.
¡Ay, Jaime, te hemos pillado! ¿Ves como con 4 hijos no llegas?
Efectivamente, pero es que resulta que todos los estudios y todos los especialistas dicen que no hay que estudiar con los niños, ni hacer los deberes con ellos, ni estar pendientes de cuándo tiene examen o no, porque eso hace que se genere un estado de dependiencia hacia sus padres a la hora de asumir sus responsabilides (hay muchos artículos sobre esto, pero este es muy interesante). Obviamente cuando el niño tiene una dificultad o no entiendo algo hay que ayudar, por supuesto, pero yo no hablo de eso y creo que todos me habéis entendido.
Por tanto, la familia numerosa fomenta la autonomía de los niños, algo muy positivo.
abril 17, 2017 a las 8:55 pm
Fantastico articulo al igual que el anterior «desmontando mitos». Enhorabuena. Es un placer seguir vuestro blog.
abril 25, 2017 a las 10:04 am
Muy buen artículo. Celebro tu honestidad. A veces se quiere pintar todo de color de rosa y en la vida hay muchísimas tonalidades diferentes, y nos las vamos pintando o encontrando cada día. Me gusta mucho tu punto de vista.
junio 6, 2017 a las 10:52 pm
Acabo de encontrar tu página gracias a tu mujer que la compartió en Facebook. Tienes una gran persona a tu lado y tu intuyo por tu honestidad y forma de contar tu día a día tb debes serlo.esa unión entre vosotros facilita muchísimo la crianza. Y conociendo a Anna debéis estar haciendolo genial.
Enhorabuena por tus artículos, son fantásticos!!! Los acabo de llegar todos del tirón aprovechando que las mellizas están durmiendo un ratito al mismo tiempo.
Un saludo y un beso.
junio 8, 2017 a las 5:31 pm
Muchas gracias, pero decir que tengo a una gran persona a mi lado es quedarse bastante corto, yo diría más bien que tengo una mujer increíble a mi lado.
junio 9, 2017 a las 10:41 am
Desde luego!!! Yo también lo creo!!! Un abrazo para los dos y un beso enorme para Anna! !! Me encantaría coincidir con vosotros! !
junio 8, 2017 a las 2:20 pm
Genial artículo. Me siento muy identificado aún teniendo uno menos. Muchas gracias.
junio 8, 2017 a las 5:45 pm
Muchas gracias
mayo 9, 2018 a las 9:37 pm
Muy interesante. Gracias!
mayo 9, 2018 a las 9:50 pm
A ti por leernos, un abrazo.