La familia de Universin está de enhorabuena, ya que nuestra peque, Lele (o Lelona) acaba de cumplir un año, y lo hemos celebrado con mucha alegría.
Queríamos compartirlo con todos vosotros ya que, si os acordáis, hace un año hicimos una porra y regalamos un juego por acercarse al día y la hora del parto.
Así que, aprovechando que está haciendo tan buen tiempo, lo celebramos ayer en la playa.
Hace un año, estábamos intrigados en saber cómo iba a ser el sexto miembro de la familia, y hoy nos preguntamos cómo habíamos podido vivir sin ella hasta entonces.
Y es que hay membrillos por el mundo que se piensan que, por tener más hijos, vas a quererlos menos, algo más lejos de la realidad. Cada uno de ellos es especial, diferente, un regalo. A pesar de ser hermanas y ser educadas igual, cada una tiene su forma de ser y su carácter, muy diferentes del de las demás, algo que, al menos a mí, me asombra, y es el hecho de ver que nosotros no somos los dueños de nuestros hijos. Podemos educarlos, cuidarlos, mimarlos, pero son ellos los que desarrollan su propia personalidad, no son como un bote de arcilla al que le das la forma que tú quieres.
¿Quién necesita gastarse 200 euros en un cumpleaños? Un bizcocho bien decorado, unas bebidas y papas, y un paisaje de ensueño. Suficiente.
A fecha de hoy, Lele es un bebé tranquilo y curioso, y estoy convencido de que debe ser de los bebés más felices del mundo.¿El motivo? Está siempre rodeada de sus hermanas, por lo que nunca se aburre (sí, a veces la empujan, la pisan, le quitan juguetes…) y, una de las grandes ventajas de las familias numerosas: que, aunque ha estrenado pocos juguetes nuevos, tiene cientos de sus hermanas repartidos por toda la casa.
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