Hoy entramos en la última semana de Adviento, a puntito ya de la Navidad. Aunque todavía queda mucho para que lleguen los Reyes Magos (el 6 de enero), que es el día tradicional en España en el que se dan los regalos a los niños (aunque Papá Noel o Santa Claus poco a poco va ganándoles terreno), los papis más listos ya hace tiempo que «escribimos la carta» de nuestros peques a los Reyes y lo tenemos casi todo ya atadito (buena suerte a los papis de última hora). Así, mientras esperamos con ilusión a que llegue la Navidad, vamos a echar una partidita a un juego que es hermano mellizo de otro ya comentado (Piratatak). El juego es exactamente igual. Si bien en lugar de doblones, barcos, piratas y cañones, nos encontramos con diamantes, castillos, brujas y hadas.

Empezamos.

NOMBRE: Diamoniak

MARCA: Djeco

PRECIO APROXIMADO:  9-13 €

INSTRUCCIONES EN CASTELLANO:

EDAD: 5-99 años (ver comentario a la edad al final)

Nº DE JUGADORES: 2-4

JUEGO COOPERATIVO: No

RITMO DE JUEGO: Por turnos

DURACIÓN DE LA PARTIDA: 15-20 minutos


CARACTERÍSTICAS:

 El juego está formado por una baraja de 55 cartas, bonitas y de buen tamaño, facilmente transportable y de formato atractivo, en la que tenemos 4 castillos de diferentes colores, cada uno de ellos dividido en 6 cartas, que unidas lo componen.

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Además, tenemos 20 cartas de diamantes, 3 cartas de hadas y 8 cartas con diferentes brujas. DSC_0102
El conjunto se almacena en una pequeña caja muy bonita de cartón resistente, ideal para transportarla por ahí.

FUNCIONAMIENTO:

El objetivo del juego es ser el primer en completar un castillo, consiguiendo para ello las 6 cartas que lo forman. El castillo a construir lo marcará la primera carta de castillo que consigamos.

El sistema de juego es exacto al del juego ya mencionado, Piratatak:

El jugador al que le toca jugar roba una primera carta y luego puede robar una segunda y una tercera y así sucesivamente, salvo que decida plantarse o salga una bruja.

DSC_0118En el momento que sale la mala pécora, se acaba su ronda y el jugador pierde las 3 cartas que él quiera, que deja en el montón de descarte junto con la bruja.

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Si robamos un hada, la dejamos a un lado porque nos ayudará después, cuando aparezca la bruja, ya que, si bien perderemos igual el turno, no perderemos ninguna carta.

Las cartas de nuestro castillo que vayamos obteniendo las colocamos frente a nosotros, como un puzzle, así que poco a poco se va completando. El resto de cartas de otros castillos no nos interesan, pero las guardamos. Las cartas de diamantes también las almacenamos, ya que nos vendrán bien para comprar cartas a otros jugadores, ya que, antes de empezar su ronda, el jugador en cuestión puede decidir perder su turno y, a cambio, puede usar tres cartas de diamantes para comprar una carta de castillo que tenga otro jugador, pagándole con dichas cartas. Dicho jugador no puede negarse.

Al igual que pasaba en el otro juego con el cañón, tener un hada no es siempre bueno, ya que si no la tienes y sale la bruja, te puedes deshacer de una carta de castillo que otro jugador quiera comprarte luego, por lo que lo «jorobas», pero si tienes el hada, te toca quedártelas, mal que te pese.

Gana el jugador que antes construya su castillo.

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El problema fundamental que tiene el juego, y que para mí es una deficiencia importante en las reglas, es que, a la hora de la verdad, el jugador nunca pasa el turno, sino que roba y roba hasta que sale la bruja. ¿Esto en qué se traduce? En que, si la bruja tarda en salir, el jugador se puede agenciar 5-6 cartas de castillos de otros y 6-7 diamantes. Eso significa que, con toda esa reserva, ya le da igual que haya o no haya bruja. Por el contrario, a los oponentes, como el porcentaje de brujas ha aumentado (porque el de castillos y diamantes ha bajado), robarán con mucha más frecuencia brujas, por lo que tiene las de ganar el que, por azar, recopile más cartas que el resto.

En la entrada de Piratatak comenté variantes de las reglas que mejoran el juego al intentar evitar este problema, que también os la cuento aquí. Básicamente le quitamos ventaja a los jugadores que por azar se ven favorecidos durante la partida:

  • Un jugador, en su turno puede robar como máximo 6-8 cartas (eso lo decidís vosotros), siempre que no salga la bruja, claro. Esta regla últimamente no la gastamos.
  • Cuando sale la bruja, el jugador debe dar 3 cartas siempre que tenga menos de 6 cartas en el mazo de cartas de reserva (los diamantes y las que no son de su castillo). Si tiene más de 3 cartas en su reserva, debe dar la mitad de las cartas de esa reserva. Así, si uno lleva acumuladas 14 cartas y tiene 3 piezas de su castillo y sale bruja debe de descartar 7.
  • Cuando se acaba el mazo y se vuelve a barajar, se quita una bruja. Así evitamos que salgan muy seguidas, ya que ahora en el mazo hay menos cartas pero las mismas brujas, así bajamos la proporción.

Este sistema nos funciona muy bien, no obstante, ya nos contaréis qué tal.

VALORACIÓN:

Estamos ante un juego de tentar a la suerte que gusta a los peques por su originalidad, sencillez y su temática de brujas y hadas.

Tiene poca estrategia, y mucho azar, pero precisamente por eso puede ser interesante para niños con edades diferentes, aunque es cierto que el niño debe de tener un poco de picardía para saber cuándo plantarse.

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Aunque a los niños les encanta pienso que las reglas no están lo suficientemente trabajadas. No obstante, con las mejoras que hemos introducido en las reglas el juego mejora un montón.

En la caja pone «de 5 a 99», pero un niño de 4 años puede jugar perfectamente. No obstante, no lo regalaría para un niño de más de 8 años, la verdad.

En cuanto a la duración de la partida, está en torno a los 15 minutos y hay interacción entre jugadores, ya que se pueden comprar las cartas unos a otros.

CALIDAD/ DISEÑO: 8/10

COMPLEJIDAD (PARA EL NIÑO MÁS PEQUEÑO): 6/10

AZAR: 8/10

HABILIDAD (MANUAL): 0/10

MEMORIA: 0/10

DIVERSIÓN: 7,5/10

PUNTUACIÓN TOTAL: 7/10 (GUSTA MUCHO A LOS PEQUES)