Hace nada nos han cambiado la hora del reloj y han jorobado a nuestros nenes, que ahora observan impotentes y abochornados cómo a las 6 y media de la tarde ya se hace de noche, pero ¡qué no cunda el pánico! En caso de dificultad… ¡juego de mesa al canto!
Antes de meternos en la reseña propiamente dicha comentar que a veces me han dicho que siempre puntúo muy bien todos los juegos que reseño. Eso es debido a que, antes de comprar un juego, prácticamente hacemos una tesis doctoral para ver si nos va a gustar o no, por lo que siempre solemos acertar y por eso los juegos que os traemos suelen ser suculentos y originales. Y para demostraros que es así, hoy traemos la excepción, un juego bastante mediocre que, sin embargo, sí puede funcionar para nuestros niños muy muy pequeños. Empezamos.
Bruno es un señor espabilado que, aprovechando la burbuja inmobiliaria de principios de siglo, ha montado una pequeña empresa de construcción y se está forrando a base de construir peculiares edificios con bloques multicolores de diferentes formas. Como ayudante ha contratado a un sobrino suyo desfaenado llamado Tim, para que conduzca el camión que lleva los estrambóticos bloques.
Todo parece fácil pero, como Bruno es un poco fantasma, se ha comprometido a construir una de las edificaciones en un día. Será tarea nuestra ayudarle a acabar el edificio antes de que el astro rey se ponga en el horizonte.
NOMBRE: Pequeños Constructores
MARCA: Haba
PRECIO APROXIMADO: 22-25 €
INSTRUCCIONES EN CASTELLANO: Sí
EDAD: A partir de 2 años
Nº DE JUGADORES: 1-3
JUEGO COOPERATIVO: Sí/ No (depende de cómo se enfoque)
RITMO DE JUEGO: Por turnos
DURACIÓN DE LA PARTIDA: 10 minutos
CARACTERÍSTICAS: El juego está formado por un tablero muy original, ya que es la caja misma del juego, muy colorida y bien decorada, tanto el fondo de la caja como los laterales, y de un tamaño más que adecuado. En dibujo del «suelo» de la caja además hay unas marcas en las que se colocarán los bloques de contrucción.
Las láminas de construcción es de carton resistente y de un tamaño adecuado. Tenemos 6 agrupadas en 2 grupos, según el color del borde de las láminas.
Luego tenemos el camión, de cartón y solo en dos dimensiones, cuya parte de atrás se puede quitar para colocar encima piezas y arrastrar el camión con ellas sin que se caigan. Personalmente pienso que es una tontería el que luego le hayan puesto una especie de «tapa» al remolque, que es el mismo dibujo que lo que hay debajo.
Aquí vemos el camión con la tapa del remolque medio quitada.
Tanto los bloques de construcción como Bruno, el sol y el dado son de madera, de buen tamaño y calidad.
Vemos que hay cuatro formas diferentes y tres colores, no es que haya una variedad para morirse…
FUNCIONAMIENTO:
Se coloca cada bloque en la caja en su sitio, trabajo que ya pueden hacer los niños y que por tanto se podría considerar que entra dentro del juego, y se coloca el sol sobre un lateral de la caja. El sol marca el paso del tiempo, de tal manera que poco a poco avanzará de raya en raya hasta llegar al final. Si eso ocurre hemos perdido.
Esta forma de hacer transcurrir el tiempo de juego me parece muy simpática y original.
Ahora cada niño coge una tarjeta de construcción y la pone frente a él. Empieza el juego uno de los jugadores lanzando el dado:
– ¿Sale un dibujo del camión? El niño coge el bloque que quiera que necesite de su tarjeta, lo coloca sobre el camión y lo acerca hasta su tarjeta y lo pone en el sitio correspondiente.
– ¿Sale la gasolinera? Llevamos el camión a repostar y luego cogemos otro bloque que necesitemos, lo colocamos en el camión y lo llevamos a nuestra tarjeta. Nosotros, para darle más sentido a lo de la gasolina, ya que se pierde tiempo poniéndo, hacemos que el marcador de tiempo además se mueva una posición. Pienso que es una alternativa muy sensata y mejora el juego.
– ¿Sale el sol? Movemos el marcador del sol y perdemos el turno.
Si un jugador acaba su construcción antes de que se haga de noche, en su turno puede tirar el dado para ayudar a otros jugadores a acabar.
Se gana el juego cuando todos han colocado sus bloques, aunque también se podría jugar a que gana el primer que acaba.
VALORACIÓN:
Juego muy muy flojo, visualmente muy bonito y que prometía mucho, pero se ha quedado muy corto. De entrada, ni el muñeco de Bruno ni el camión sirven para nada. El niño puede simplemente coger la ficha que quiera y ponerla en el tablero.
Además, el azar es el que manda aquí completamente. Está claro que está enfocado para niños pequeños, pero también parece que puedan jugar más mayores, cuando eso no es así porque es tan simple que a la tercera partida les va a aburrir.
Para niños de 2 años recién cumplidos sin duda irá bien, les ayudará a aprender a sociar formas y colores, pero, la verdad, para lo que cuesta, pienso que hay otras alternativas más baratas.
La pena es que el material es de buena calidad, quizá si se estrujaran un poco el cerebro y rediseñaran la forma de jugar añadiendo algunas reglas más, el juego tal vez entonces valiera la pena.
En definitiva, un juego para niños de entre 2 y 3 años.
COMPLEJIDAD: 2/10
AZAR: 10/10
HABILIDAD: 0/10
MEMORIA: 0/10
DIVERSIÓN: 5/10
PUNTUACIÓN TOTAL: 6/10 (¡NORMALITO!)
diciembre 1, 2014 a las 8:49 am
No estoy de acuerdo. Creo que juegos para 2 años hay pocos a los que realmente puedan jugar, ni siquiera a este todos los niños de 2 años pueden jugar. Creo que tiene reglas muy simples que pueden manejar, y pueden hacer mucho juego libre que también es muy interesante. Para mi es un buen juego que no se merece un 6-7 al menos, siempre pensando para que público es.
diciembre 1, 2014 a las 11:34 am
Gracias por tu aportación, subiremos la nota media a 6.