INTRODUCCIÓN:
Ahora que parece que por fin el otoño se nos eche encima, vamos a ver un juego muy interesante si queremos ser buenos criadores de ovejas (y si no, también). Resulta que la pastora ha estado durante todo el día cuidando de sus ovejas, en compañía de su perro fiel, por la pradera, pero ha llegado la hora de volver a casa con toooodo el rebaño y para ello tendrán que atravesar un largo puente de madera. Sin embargo, se ha levantado un fuerte viento que amenaza con derrumbarlo. Por tanto, esta vez nuestros pequeños van a tener que dejar sus diferencias a un lado y unirse para una causa común: llevar a la pastora, a las ovejas y al perro sanos y salvos al redil antes de que el puente se venga abajo, sin duda una tarea digna de superhéroes.
Este juego es el hermano mayor de Little Cooperation, comentado en una entrada anterior.
NOMBRE: Hop! Hop! Hop!
MARCA: Djeco
PRECIO APROXIMADO: 22-29 €
INSTRUCCIONES EN CASTELLANO: Sí
EDAD: De 4 a 8 años
Nº DE JUGADORES: A partir de 2
JUEGO COOPERATIVO: Sí
RITMO DE JUEGO: Por turnos
DURACIÓN DE LA PARTIDA: 15 minutos
CARACTERÍSTICAS:
El juego está formado por cuatro tableros rectangulares de excelentísima calidad y de un tamaño más que adecuado. El redil está formado por tres cartones unidos mediante dos maderas, si bien la más corta, que soporta el techo, me suele dar problemas y se cae, aunque no importa, ya que la casita queda montada perfectamente.
El puente está formado por 10 pilares de madera, dos de los cuales son rojos, sobre los cuales va un rectángulo de cartón.
La pastora, las ovejas y el perro son de madera, de una calidad excelente, y también tenemos un «palo» y un dado.
El conjunto, montado, es precioso, si bien el tablero es un poco largo, por lo que puede que los peques no lleguen bien a todas partes si juegan en una mesa grande.
En esta foto vemos que ya he retirado dos de los tableros, al haber cumplido ya su función, para que la pequeña Eva llegue mejor al redil.
Si disponen de una mesa bajita se juega mejor, ya que pueden moverse alrededor del tablero, pero ésta debe ser larga, ya que los cuatro tableros juntos ocupan lo suyo.
FUNCIONAMIENTO:
El sistema de juego es muy sencillo. Primero se colocan en fila los cuatro tableros, siguiendo el orden marcado por los colores que hay en sus extremos. Luego se construye el redil y el puente en los lugares del tablero indicados. En el caso del puente hay que tener en cuenta que los pilares rojos se colocan en los lugares señalados.
Sobre los pilares se coloca luego el cartón que hace de «pasarela».
Entonces se colocan todas las figuras en el tablero de «montaña» y empieza el juego. Se irán pasando figuras de un tablero a otro siguiendo la indicación del dado, pero siempre teniendo en cuenta que la pastora va primero y el perro el último.
Se tira el dado:
– ¿Sale una flor? Se puede pasar una figura desde la montaña hasta el siguiente tablero, que es el prado.
– ¿Sale el símbolo del puente? Se puede pasar una figura del prado al puente.
-¿Sale el símbolo del redil? Se puede pasar una figura del puente al redil.
Obviamente si no hay ninguna figura en el lugar desde donde se tienen que pasar, el jugador pasa el turno.
-¿Sale el sol? Podemos hacer uno de los movimientos anteriores, el que queramos.
-¿Sale el salto de oveja? Podemos avanzar dos figuras a nuestra elección al siguiente tablero.
-¿Sale el viento? ¡Tenemos problemas! Con el «palo» retiramos uno de los apoyos del puente, teniendo en cuenta que los rojos son los últimos en quitarse.
Mientras el puente aguante, el juego sigue, pero si cae, se acabó lo que se daba y hemos perdido.
VALORACIÓN:
Juego precioso en su acabado, con una temática muy agradable y atractiva para los niños (el tema de las ovejas, ¿a quién no le gusta?, en el que hay azar pero también hay que tener un poco de picardía, ya que en la tirada «salto de oveja» o «sol» el niño decide lo que debe hacer.
En este juego es muy difícil perder, al contrario que en el Little Cooperation ya mencionado, ya que hay muchos apoyos en el puente, por lo que, hechas un par de partidas, yo aconsejo quitar algunos pilones en el montaje para hacerlo más interesante.
Yo recomiendo que los pilones los quite un adulto, porque los niños tienen poca destreza y pueden quitar varios de golpe y derrumbar el puente. Además no es raro que haya riña para ver quién quita el pilar y estén más concentrados en eso que en ganar el juego.
Aunque en la caja pone para 4 años, un niño de 3 puede jugar perfectamente sin ningún tipo de problema, si bien no lo recomendaría para más de 6 años, dada su simplicidad. También la duración de la partida está muy bien, ya que los niños no llegan a cansarse de jugar durante el juego, al ser bastante rápido, al contrario que otros, en los que al rato empiezan a cansarse.
Aunque este juego me encanta porque, como he comentado, es precioso, tiene dos inconvenientes:
– El precio: está cerca de los 30 euros y eso ya «escuece».
– La rejugabilidad: este juego «cansa» un poco. Es decir, hay juegos a los que un niño puede jugar casi a diario, y lo pide, sin embargo, en este no pasa. Los niños se lo pasan bien, pero no lo piden con frecuencia, por lo que no se amortiza tanto como por ejemplo El Robazanahorias o El Frutalito, mucho más baratos y también cooperativos (a los que llevan más de cien partidas nuestras colaboradoras). No obstante, con este también se disfruta jugando.
COMPLEJIDAD: 2/10
AZAR: 7/10
HABILIDAD: 0/10
MEMORIA: 0/10
DIVERSIÓN: 7/10
PUNTUACIÓN TOTAL: 7/10
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