INTRODUCCIÓN:
En mi modesta opinión pienso que, en el mundo de los juegos en general, hay dos clases de personas: las que conocen el juego Colonos de Catán y los que no lo conocen. Si al oir este nombre te suena a chino, tienes realmente un problema, porque significa que, seguramente, desconoces un mundo alucinante de juegos y te piensas que sabes de juegos porque has jugado al Monopoly, Risk, Hotel, Cluedo o similares. Juegos que no están mal, pero que si lo comparamos con la Liga de fútbol, es como ir a ver siempre partidos de segunda cuando podrías estar disfrutando de la Liga de Campeones. No hay color.
Tal vez penseis que soy un exagerado, pero os puedo decir, sin lugar a dudas, que este juego cambió mi vida. Es decir, hay un antes y un después de Colonos de Catán. Lo compramos casualmente en una juguetería-franquicia de esas grandes típica (cosa rara que lo tuvieran) para regalarlo para una comunión, hará cosa de 4 años. Lo probamos para ver cómo era y explicarselo al niño en cuestión, y quedamos tan alucinados que al día siguiente lo compramos para nosotros.
Porque éste no es un juego sólo para niños, es para todas las edades. Yo lo he jugado con mis suegros, con mis hermanos, con mis cuñados, con mis amigos, con sobrinos… Tranquilamente debo haberlo regalado en 4-5 ocasiones y puedo haber jugado entre 200 y 300 partidas a este juego, sin exagerar (a 1 hora-hora y media la partida, ¡es casi como si hubiera hecho un máster!). Pero lo importante no es el juego en sí, sino que nos abrió la puerta a un mundo nuevo, ya que después de este juego llegaron muchos más, cada vez más complicados (de hecho a Colonos ya apenas jugamos).
Si pensais que soy un exagerado entrad en Google y poned su nombre, ya vereis, decenas de entradas. Además, tiene más de media docena de expansiones, ampliaciones y variantes, algunas que lo convierten casi en un juego distinto (algunas las podemos comentar más adelante si veo que teneis interés). Es todo un mundo.
Hasta ahora he dicho muchas cosas pero nada sobre el juego. ¿De qué va? El objetivo es colonizar una isla, Catán, y convertirnos en la primera potencia antes de que lo haga cualquier otro. Sin embargo, aquí no hay batallas ni muertos, sino que se trata de expandirnos construyendo carreteras, más pueblos, convirtiendo nuestros poblados en ciudades y negociando y comerciando con recursos.
Por tanto, si no lo conoceis, acomodaros en vuestros asientos, ponedlos en posición vertical, abrochaos los cinturones que vamos a despegar.
NOMBRE: Colonos de Catán
MARCA: Devir
PRECIO APROXIMADO: 40 €
INSTRUCCIONES EN CASTELLANO: Sí
EDAD: 8-99 años
Nº DE JUGADORES: 3-4 (aunque hay ampliaciones para 7 y se pueden modificar las reglas para jugar a 2)
JUEGO COOPERATIVO: ¡Ni por asomo!
RITMO DE JUEGO: Por turnos
DURACIÓN DE LA PARTIDA: 60-90 minutos aproximadamente (dependerá del número de jugadores)
CARACTERÍSTICAS:
El juego está formado por un tablero de cartón muy peculiar, formado por un marco que simula el mar, en cuyo interior se ponen losetas hexagonales (hay 6 tipos diferentes), de tal manera que cada vez que lo montas, las losetas quedan en posiciones diferentes, por lo que el tablero es completamente diferente. También hay unos cartones circulares con números, adecuados para el juego.
Cada jugador dispone de 5 fichas de plástico tridimensionales de poblado, 4 de ciudad y un montón de camino, que están muy bien en el acabado y en el tamaño. La figura del ladrón, de color negro, también está muy bien.
Disponemos de dos dados sosillos típicos para jugar, y de un montón de cartas que se reparten en cartas de materias primas (5 diferentes) y cartas de desarrollo, además de unos cartoncillos para recordarnos las reglas básicas de construcción.
FUNCIONAMIENTO:
Se monta el tablero, tanto las losetas como los números que van encima, siguiendo las indicaciones del manual (no tiene ninguna complicación).
Antes de empezar la partida se decide quién empieza mediante los dados. El jugador que empieza coloca uno de los poblados y un camino adyacente donde le venga en gana y, según las agujas del reloj lo hacen los otros. Luego, empezando por el último y en sentido contrario, se pone el segundo poblado, cogiendo las materias primas de los terrenos colindantes.
Como se ve en la imagen, el poblado siempre se coloca en un vértice de un hexágono, de tal manera que siempre colinda con tres hexágonos, salvo que se coloque junto al mar. El camino se colocará en uno de los lados de los hexágonos, siempre tocando al poblado.
Ya estamos listos. Tira el dado el jugador inicial y todos los jugadores suman el resultado de ambos y miran si alguno de los territorios colindantes a su poblado tiene el número. Si es así, se coge la materia prima correspondiente. Fácil, ¿no?. Obviamente, hay que tener en cuenta que al tirar los dados hay números que estadísticamente salen más (el 6 y el 8), y otros que salen menos, por lo que también habrá que tenerlo en cuenta a la hora de buscar un buen sitio para montar nuestro chiringuito.
Por ejemplo, en esta imagen, ha salido un 6; como el poblado rojo tiene una zona que produce adobe adyacente, coge una carta de adobe.
Ahora, cada jugador, en su turno, podrá usar las materias primas para construir un camino, otro poblado, una ciudad o comprar una carta de desarrollo, pagando lo que corresponda.
Ahora veamos brevemente para que sirve construir cada cosa:
En primer lugar, tener más poblados nos da la oportunidad de recibir más materias primas al tirar los dados, además de que cada poblado nos da 1 punto.
Si convertimos un poblado en ciudad, ahora ya no valdrá un punto, sino 2, y además los terrenos colindantes producen el doble en cada tirada de los dados.
Aquí podemos ver un poblado y una ciudad, unidos por una ruta formada por dos fichas de camino.
Los caminos sirven para expandirnos y poder construir más poblados, ya que para construir otro poblado tendré que estar alejado de cualquier otro poblado o ciudad una distancia de dos lados de hexágono. El camino siempre parte de un poblado o ciudad o es continuación de otro camino. Por tanto, sin caminos, no puedo alejarme del poblado para construir otro. Además, si hacemos una ruta formada por cinco caminos consecutivos, conseguimos la carta «Ruta Comercial» que nos da 2 puntos, salvo que otro haga un camino más largo y nos quite la carta.
En la imagen se ve que, para construir el segundo poblado, he tenido que añadir un camino al que ya poseía al empezar el juego. Como no hay nadie en las proximidades de la casilla seleccionada, puedo construir mi nuevo asentamiento.
Además, también se pueden comprar cartas de desarrollo, algunas de las cuales nos dan puntos directos y otras ofrecen ventajas, como la del caballero, que permite mover al ladrón. Además, si tenemos tres caballeros nos dan la carta de «Gran Ejército de Caballería», que vale 2 puntos.
Por último nos queda el ladrón, que es básicamente el que nos va a tocar las narices. Si sale un 7, el jugador del turno coge al ladrón y lo pone sobre el número del hexágono que quiera. Ese hexágono no volverá a producir hasta que el facineroso no desaparezca de ahí y además, al ponerlo, le robamos una carta al azar a uno de los jugadores cuyo campo bloqueado colinde con su ciudad o poblado.
En esta imagen está claro que alguien va a por el jugador rojo. Éste sacaba 3 borregos (2 por la ciudad y uno por el poblado) cda vez que salía un 9. Obviamente también el blanco se verá perjudicado (antes conseguía 2 borregos por su ciudad). Ahora ninguno de los dos se va a llevar un torrado aunque vuelva a salir el número 9.
Si se saca otro 7, el jugador en cuestión está obligado a mover al ladrón. Además, si juego la carta del caballero, puedo mover el ladrón inmediatamente.
Obviamente de nuestras parcelas adyacentes no siempre sacamos lo que queremos, o no siempre tenemos de todo, por lo que nos tocará negociar. Podemos hacerlo en nuestro turno con otros jugadores, negociar con la banca (pagando 4 materias iguales para obtener la que él quiera) o usar los puertos, que ahora comentaremos. Los puertos están junto al mar y ofrecen beneficios en el comercio. El 3:1 nos permite cambiar 3 cartas iguales por la que queramos y el de materiales específicos (piedra, madera, adobe o borrego) nos permite cambiar dos materias por la que queramos. Por ejemplo en el puerto de rocas, podremos cambiar 2 piedras por la materia que queramos, si tenemos ahí nuestro poblado. La desventaja del puerto es que, como da al mar, tienes un hexágono menos para conseguir materias, pero os aseguro que vale la pena en muchas ocasiones.
Hay alguna regla más y algunas cartas no comentadas, pero pienso que con lo escrito hasta ahora ya teneis una idea de cómo se juega. Gana el jugador que llega a 10 puntos.
VALORACIÓN:
A pesar de la introducción que he hecho, no os penseis que soy un fanático del juego, así que vamos a ver los pros y contras.
De entrada, lo que tiene genial es que la partida tiene una duración limitada (no es como el Monopoly, por ejemplo, que se puede hacer eterno). Además, por muy mal que vaya un jugador, nunca se queda descolgado porque siempre puede ir haciendo cosas. Comparando con el Monopoly otra vez (o como en el Risk), en esos casos no era raro que el jugador que va peor pierda el interés por jugar y vaya agonizando ronda tras ronda, aburrido y deseando que el juego se acabe; en este juego no nos encontraremos este problema.
Además, en 15 minutos lo has explicado a alguien que no lo conozca y es tan sencillo que ese “alguien” incluso podría ganar la partida si juega 2 o 3 veces más.
También es positivo el que en todas las rondas todos los jugadores deben estar atentos al dado, aunque no sea su turno, para ver qué tirada sale y si “cobran” materias primas o no (si se encantan no recibirán cartas). Comprando la ampliación se puede jugar hasta 7 y la partida es dinámica y divertida, no se hace pesada, ya que se añade alguna regla adicional.
El tema del comercio también tiene su punto divertido (y a veces desquiciante), al ver cómo regatean los jugadores, sobre todo cuando uno está desesperado por conseguir una materia y ofrece el oro y el moro.
Uno de los inconventientes que le encuentro es el factor suerte. Con los dados vas vendido; es decir, puedes tener ciudades o poblados muy bien situados sobre zonas con números buenos y que al dichoso dado no le salga de las narices sacar esas tiradas. No obstante, para solventar eso, en alguna de las expansiones viene una forma de jugar sin dado, restándole azar (una maravilla).
Otra desventaja sería que el juego está ideado para jugar 3-4 jugadores (o incluso 7 si nos gastamos un poco más de dinero y compramos la expansión, siendo un juego un poco flojo para 2 jugadores, aunque, como os comentaba al principio, hay reglas especiales para poder jugarlo a 2.
Por tanto, es un juego más que apto para niños de a partir de 8 años, pero no sólo para ellos, sino para toda la familia.
COMPLEJIDAD: 5/10
AZAR: 7/10
HABILIDAD: 0/10
MEMORIA: 0/10
DIVERSIÓN: 9/10
PUNTUACIÓN TOTAL: 9/10 (¡IMPRESCINDIBLE!)
Buenas tardes, te escribo desde argentina, te molesto por que estoy pensando en comprar este juego, pero acá, lamentablemente vale bastante caro, por lo que la pregunta que quiero hacerte es, si realmente vale la pena comprarlo teniendo en cuenta que de poder comprar la expansión la compraría 6 meses después o un año de comprado el juego original.
Desde ya muchas gracias.
Saluda atte.
Edgardo.
Hola Edgardo:
Gracias por visitarnos y por tu pregunta.
En cuanto a si el juego vale la pena, me temo que es bastante subjetivo, ya que depende de vuestros gustos, pero una cosa te puedo decir: yo he jugado cientos de partidas con hermanos, cuñados, amigos, sobrinos… y a todos les ha gustado.
El juego básico está bien, aunque con expansiones mejora mucho. No obstante, te aseguro que con el básico tendrás diversión por un tubo, yo la mayoría de las partidas las he hecho al juego básico, en alguna partida con alguna pequeña modificación sacada de alguna expansión. Nosotros compramos Los Navegantes de Catán unos 6-7 meses después del primero, y otro medio año después me regalaron Bárbaros y Comerciantes, otra expansión genial. Ciudades y Caballeros no la he jugado pero me gustaría probarla.
No obstante, si sois 3-4 habituales para jugar el juego básico es una buena inversión, y si os gusta realmente luego podeis plantearos compraros alguna expansión. ¡Ya me contarás!
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