portada

 Hoy vamos a hablar de un juego que ya es todo el clásico (si te crees un entendido en juegos infantiles de mesa y no lo conoces échate a temblar) y que tiene ciento y una variantes, algunas de las cuales iremos tratando aquí, muchas de ellas súmamente interesantes.
A lo que vamos, empecemos con un poco de literatura: “un día soleado en el bosque tropical-polar-sabana, los animales, más aburridos que Carracuca, deciden que están hartos de la vida tan animal que llevan y quieren hacer algo diferente. A todo esto, una oveja que vive por ahí (animal de selva de toda la vida, ¡ignorantes!) y que resulta que es medio catalana, les habla de los famosos castellets y, ni cortos ni perezosos, toda la banda decide hacer un macro castellet. ¿Serás capaz de ayudarlos a formar semejante torre animal sin que se venga abajo?»

NOMBRE: Animal sobre animal
MARCA: Haba (para variar…)
PRECIO APROXIMADO: 16-19 €
INSTRUCCIONES EN CASTELLANO:
EDAD: 4-99 años
Nº DE JUGADORES: 2-4
JUEGO COOPERATIVO: No
RITMO DE JUEGO: Por turnos
DURACIÓN DE LA PARTIDA: 15 minutos aproximadamente

CARACTERÍSTICAS:
El juego está formado por cuatro juegos de siete animales diferentes de madera, de buena calidad y tamaño adecuado, si bien en lo que es la decoración de los mismos no se han partido precisamente los cuernos. Luego tenemos el dado, también de madera, para mi gusto un poco pequeño aunque, como suelo decir, cumple correctamente con su cometido. Además se agradece que sea rojo en lugar del típico blanco soso.

Imagen

Imagen
FUNCIONAMIENTO:
Con la introducción que he hecho y el nombre del juego, los más espabilados habreis deducido que es un juego de habilidad en el que hay que ir apilando los animales sin que se caigan, y no os equivocais. Sin embargo, estos señores alemanes que hacen los juegos de Haba no se han limitado a crear un juego así, que sería más soso que ver secar una pared pintada, sino que el dado le da al juego un montón de diversión y posibilidades, como ahora veremos.
Se juega de la siguiente manera: se coloca el cocodrilo en el centro de la mesa, al alcance de los niños, se reparte un juego completo de animales a cada participante y los peques van tirando el dado y ejecutando lo que sale siguiendo el orden de las agujas del reloj:
– Sale un 1: se coloca un animal sobre los que ya estén en juego.
– Sale un 2: el niño tiene que colocar un animal sobre los que ya están en juego y luego un segundo sobre el primero que el ha colocado (suena chungo, ¿eh?, pues lo es).

Imagen(Aquí tenemos a una de nuestras probadoras profesionales realizando un test neurálgico-ribonucleico al juego para valorar su adecuación para niños con habilidades psicomotoras en desarrollo)

Imagen

(Aquí tenemos al experto de fama mundial en animaladas meditando sobre las implicaciones socio-económicas en las bolsas europeas de la acción que está a punto de realizar. ¿Acabará el Ibex en positivo?)

– Sale el cocodrilo: ¡estamos de suerte! El animal no tiene que ponerse encima del cocodrilo, sino simplemente tocándolo por algún lado (posteriormente los niños podrán apilar también sobre ese animal).

Imagen
– Sale la mano: ¡a jorobar tocan! El niño le da el animal que vea más chungo de poner a otro para que se lo coloque.
– Sale el signo de interrogación: el resto de niños le dirán al jugador qué animal debe poner, y seguramente no será precisamente el más fácil.
Hasta ahora está claro pero, ¿qué pasa si se caen los animales mientras se está poniendo alguno?
– Si se cae uno, el niño que ha causado el derrumbe se lo queda.
– Si se caen más de dos, el niño se queda con 2 y el resto se descartan del juego, salvo el cocodrilo, por supuesto (en caso que también haya volcado).
– Si se cae un animal “espontáneamente”, se devuelve a la caja y aquí paz y luego gloria.
El juego termina cuando un niño se queda sin animales.

Imagen

saca tu pico de mi nariz y te quito mi cola de tu oreja, !córcholis!»)

VALORACIÓN:

De entrada deciros que yo no soy precisamente un fan de los juegos de habilidad (lo que los expertos llaman psicomotricidad fina), pero os tengo que decir que este juego me ha encantado, ya que es divertidísimo (¡los niños se petan de risa cuando toda la historia se viene abajo!) y los animales están diseñados de tal forma que, como tienen un montón de estrías y salientes, puedes ponerlos de mil y una maneras.
Obviamente este juego va muy bien para desarrollar la psicomotricidad fina ya comentada, pero además el niño tiene que darle también un poco a la sesera puesto que debe elegir qué animal poner y en qué posición, además de que tiene un toque de “tocanarices” (por no usar una palabra no tan fina que empieza por “p”) que hace que podamos influir en los demás jugadores (obviamente para mal).

La edad recomendada (a partir de 4 años) me parece muy bien, siendo la edad óptima los 4-6 años, pero no creo que vaya a entretener mucho a un niño de más de 8 años.

Nota: Gracias a la familia Barahona-Coto por contribuir con este juego a la ludoteca familiar para el 4 cumpleaños de nuestra colaboradora Clara.

COMPLEJIDAD: 3/10

AZAR: 7/10

HABILIDAD: 9/10

MEMORIA: 0/10

DIVERSIÓN: 8/10

PUNTUACIÓN TOTAL: 8/10 (¡Divertidísimo!)