Hoy os traemos un juego realmente interesante para que nuestros hijos practiquen un montón de habilidades importantes, como son la agudeza visual, la velocidad de reacción, además de algo que se llama «sistema ejecutivo» y que vamos a descubrir en esta reseña, pero antes, vamos a hacer un poco de historia:
En una peculiar selva perdida del mundo, donde no llega ni siquiera la tecnología 2G, el soberano supremo, el Señor León, ha decidido organizar una comilona para sus súbditos. Como tampoco es cuestión de gastarse una fortuna en la comida, ha invitado a una serie de representantes de sus vasallos, nada más y nada menos que el señor Pingüino (se trata de una variedad de pingüino selvático, típica del Amazonas), el señor Oso, el señor Cocodrilo, el señor Elefante y el señor Perro (este último se ha colado).
El problema que tenemos es que cada uno tiene unos gustos culinarios muy concretos, por lo que habrá que alimentarlos adecuadamente, no sea que queden insatisfechos y declaren su parcela del bosque un país independiente y claro, el León tenga que arrasar toda la zona y pasarlos a todos a cuchillo. Por ello, nuestra misión es ayudar al felino a identificar las comidas adecuadas para cada animal. Si lo hacemos bien, nos recompensará con monedas de oro, si lo hacemos mal, mejor no pregunteis…
NOMBRE: BOCADOS O BOCAZAS
MARCA: HABA
PRECIO APROXIMADO: 11-14 €
INSTRUCCIONES EN CASTELLANO: Sí
EDAD: 4-99 años
Nº DE JUGADORES: 2-4
JUEGO COOPERATIVO: No
RITMO DE JUEGO: El más rápido
DURACIÓN DE LA PARTIDA: 15 minutos aproximadamente
CARACTERÍSTICAS:
El juego está compuesto por 6 cartas de animales, una por cada animal, con una serie de ranuras donde se encajarán otras fichas. Tenemos 6 fichas de platos, y luego tenemos pequeñas fichas redondas de comidas y las monedas-león que son los puntos, todo de cartón. El dado y el glotón Fex son de madera. Todo el material es de cartón de buena calidad y las ilustraciones son muy simpáticas y vistosas.
FUNCIONAMIENTO:
Se colocan al azar las fichas ovaladas de los platos en los cartones de los animales. Ahora ya sabemos qué comida es la que más le gusta a cada animal (la más grande), cuál es la segunda que más le gusta (la mediana), cuál la que le gusta poco (la pequeña) y cuál la que no le gusta (la que no está). Podemos decirles ahora a los niños que peguen un vistazo a las diferentes tarjetas para familiarizarse un poco con las comidas de cada animal, y las colocamos de tal manera que todos los jugadores las vean bien y lleguen a tocarlas. La forma de ponerlas es como uno considere. En la imagen están en dos filas, pero últimamente las pones formando una especie de círculo.
Ya está todo preparado para jugar.
Luego se tira el dado, el cual tiene en cada una de sus caras el dibujo de una comida (piruleta, pescado, pastel de gelatina, carne, plátano o magdalena). En cuanto el dado se detiene, los niños tienen que buscar rápidamente en qué ficha de animal está ese alimento y tocar el plato con la mano.
Hasta aquí fácil, ¿no? El problema es que cada alimento tiene tres tamaños: grande, mediano y pequeño, que indican si a ese animal esa comida le gusta mucho, normal o poco, tal y como hemos comentado.
El objetivo es tocar el cartón con la comida más grande. Una vez lo toca un niño, pone una de las fichas redondas en el cartón correspondiente y coge una moneda como premio.
Se tira el dado de nuevo. ¿Qué pasa si sale otra vez una comida que ya ha salido anteriormente? Pues el niño no tiene que buscar el alimento grande (ya lo tiene servido el animal), sino el mediano, y si el cartón donde está el mediano ya está también con la figura circular de la comida, habrá que coger el pequeño.
¿Y si las tres comidas (grande, mediana y pequeña) ya están servidas? Entonces hay que coger al Señor Fex rápidamente, el cual se comerá esas comidas y se retirarán de los platos, dejando los huecos nuevamente libres.
(Aquí tenemos al señor Fex al acecho)
Hay que tener en cuenta que solamente se puede tocar un cartón, no vale cambiar de opinión.
El juego, así explicado, sería ya un juego muy simpático e interesante para que los peques usen de su agudeza visual y de su velocidad de reacción, pero este juego le da una vuelta más a todo esto y aquí es donde está la parte genial: el efecto Fex.
Consiste en que durante la marcha de la partida las reglas pueden cambiar de pronto, por lo que los niños se tendrán que adaptar y hacer un «cambio mental» para poder conseguir la moneda.
Básicamente, lo que va a pasar es que mediante este efecto se pueden permutar las comidas, los animales o los tamaños, de tal manera que puede ocurrir que salga en el dado el pescado, pero que haya que poner la mano en el animal al que le gusta la gelatina.
¿Cómo sabemos si cambian las reglas en la ronda que se va a jugar? Muy sencillo, se coge la moneda de león que va a ganarse en ese turno y se gira, si tiene otro león se juega el turno normal, pero si nos aparece algo como lo que viene a continuación la cosa se pone interesante:
Variantes de las reglas:
- Lo grande se convierte en pequeño, y lo pequeño en grande: esto significa que, cuando tiremos el dado, no buscaremos lo más grande, como siempre, sino lo más pequeño.
- Se cambian las comidas: eso significa que, si por ejemplo en el dado sale piruleta, no tenemos que buscar la piruleta grande, sino el pescado, tal y como se ve en la ficha circular de la imagen anterior. Entonces, los niños deben mirar el dado, luego mirar la ficha circular, y luego ya buscar la comida correspondiente.
- Se intercambian los gustos de los animales: Este es el caso más complicado. Se tira el dado y se busca, como siempre, la comida del tamaño más grande. Imaginaos que esa comida corresponde al León. Antes de tocarlo, ahora miramos la ficha circular y vemos que lo que más le gusta al León ahora es lo que más le gusta al Oso, por lo que tenemos que tocar la ficha del Oso. ¡Menudo cortocircuito cerebral!
Esto hace el juego más divertido y complicado, y lo mejora muchísimo, haciéndolo diferente a otros juegos de velocidad y percepción visual.
El juego dispone de algunas variantes, dependiendo del grado de complejidad que busquemos, ya que se puede jugar sin efecto Fex, o aplicar un efecto único a toda la partida, o en cada jugada un efecto diferente, o incluso mostrar el efecto un momento y luego ocultarlo (variante muy muy chunga).
VALORACIÓN:
La reseña de este juego la hicimos ya hace tres años, y hoy, en julio de 2017, la hemos actualizado. Cuando compramos este juego nuestras hijas mayores eran pequeñas (¡y solo teníamos tres!), por lo que el juego ha estado guardado durante meses, ya que lo compramos demasiado pronto pero ahora, 3 años después, es cuando ya podemos disfrutar de él.
Por tanto, en la caja pone de 4 a 99 años, y con 4 años un niño puede jugar a la versión sencilla, pero a partir de 5 es cuando ya se puede jugar con el genial efecto Fex.
Este juego hace que nuestros niños utilicen muchas disciplinas mentales, como la atención, la velocidad de reacción, la psimotricidad gruesa, además de lo que en el juego llaman «sistema ejecutivo«, que es este cambio de reglas continuo que hace que el niño tenga que estar adaptándose todo el rato a las nuevas reglas que van surgiendo.
También jugando con niños más mayores es divertido, no obstante, dada su temática infantil, yo no lo recomiendo para niños de más de 10 años.
Obviamente, al ser un juego de velocidad, los jugadores mayores tienen ventaja sobre los pequeños, algo que suele pasar en este tipo de juegos y que en este caso será diferente de compensar, al contrario que en otros juegos como el Dobble Kids.
En cuanto al número de jugadores, a 2 se juega muy bien, pero también a más jugadores funciona bien. Además, su precio es muy asequible.
COMPLEJIDAD: 7-9/10 (depende de si jugamos sin o con efecto Fex)
AZAR: 3/10
HABILIDAD (MANUAL): 4/10
MEMORIA: 0/10 (aunque hay una variante que sí necesita también de memoria)
DIVERSIÓN: 7/10
PUNTUACIÓN TOTAL: 7/10 (Un juego realmente original e ideal para hacer trabajar la materia gris de nuestros hijos)
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